El pesista narra a elCaribe sobre las precariedades que ha vivido y del apoyo que ha recibido de su hermana Beatriz Salcedo, provincia Hermanas Mirabal
Aquel niño que peleaba entre la vida y la muerte a los ocho años, hoy sigue levantando sueños a través de la halterofilia.
El camino de John Pirón no ha sido nada fácil pero entre las altas y las bajas ha aprendido a levantar fuerzas y a superar hostilidades de la vida. En sstos Juegos Deportivos Nacionales Hermanas Mirabal 2018, no solo se ha vislumbrado un derroche de talento, también han servido como espejo para apreciar la lucha de muchos deportistas.
Así inició John, el más pequeño de una familia que de por sí lleva las pesas en sus venas, -primero su tía Guillermina Candelario y después su hermana Beatriz Pirón, que ha ganado en múltiples eventos internacionales-, desafiando obstáculos, precariedades y altas competencias.
En esta edición número 14 de los Juegos, se ha visto a un John más acabado, que ha mejorado progresivamente y ha concentrado su fortaleza en su flexibilidad y fuerza en el arranque.
“Con estos juegos se adquiere más experiencia y conocimientos. Además, de que se siente una emoción aunque uno gane o pierda. Se siente una alegría y un sustico como decimos, participar es lo importante”, expresó John Pirón a elCaribe.
Pirón, en esta justa, se alzó con dos medallas de oro en la prueba de los 67 kilogramos con alzadas de 115 kgs. en arranque y la de los 141 kgs. en envión para llevarse las dos medallas. “Mi mayor motivación es mi hermana, cada vez que ella hace algo, quiero hacerlo igual o mejor, cuando ella coge una presea, quiero coger la misma medalla o mejor”, manifestó John, quien es sobrino de la ex pesista Guillermina Candelario, quien ganó tres medallas en los Juegos Centroamericanos y tres preseas en los Juegos panamericanos.
En un momento de silencio, el pesista recordó que más allá de tomar la barra y respirar profundamente cuando se encuentra en una competencia, rememora que no solo está levantando pesas, sino más bien miles de sueños e ilusiones que fueron surgiendo a lo largo de su carrera deportiva.
“Mi madre es mi verdadera héroe, luego mis tías y mi hermana. Hoy no estuviera aquí si no fuese por Dios y ellas. Duré dos meses en el hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), a causa de un líquido en la cabeza cuando me caí a los ocho años”, relató John, con una sonrisa pero a la vez, con los ojos aguados. “Me operaron dos veces en el mismo lugar para sacar el líquido, ahí fue que mi madre pierde casi el trabajo, no teníamos recursos para mantener la casa y mi hermana mayor apenas tenía 11 años”, indicó Pirón, quien agradece a su madre Milquella Candelario, quien se transformó en padre y madre a la vez.
Este guerrero también ha tenido su talón de Aquiles, ese que tal vez le pudo costar su carrera deportiva.
“La situación económica ha sido el punto de todo. Ha sido difícil. He tenido que trabajar en veterinaria, ferretería y en construcción para sustentar mi familia”, agregó Pirón, quien ganó medalla de bronce en los pasados Juegos Centroamericanos de Barranquilla.
“No lo hice por gusto lo hice porque había nacido mi primer bebé, Yomaiki. Solo estaba con un solo sueldo. Cuando todo depende de ti no es suficiente. Antes de ingresar a la selección nacional, trabajaba seis horas en la mañana y luego tres en la tarde entrenando”, indicó John, quien actualmente está concluyendo el bachillerato.
Fueron noches llenas de frustración, impotencia e incertidumbre, y hubo momentos que John Pirón pensó en tirar la toalla y desistir de sus sueños. “Hubo muchos momentos que pensé retirarme. Mi esposa peleaba, me decía que tenía que dejar esto, que nada va a salir bien si yo sigo ahí y que para seguir adelante tengo que dejar el levantamiento de pesas”, dijo Pirón, quien tiene 22 años.
A pesar de la situación que lo colocó entre la espada y la pared, Pirón no renunció y se afianzó a un viejo consejo de un entrenador. “Si no pasas el proceso en el mismo trabajo no tendrás resultados. Si quiero progresar en algo, no puedo dejar eso para hacer otra cosa”, sostuvo Pirón.