El representativo de Filadelfia superó 40-22 a Kansas City en un partido en el que estuvo presente Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Los Philadelphia Eagles, del entrenador en jefe Nick Sirianni, consiguieron anoche, con su triunfo 40-22 sobre Kansas City Chiefs, sumar su segundo Super Bowl que significó el quinto título en la historia de la franquicia fundada en 1933. Antes de la era del Super Bowl, que empezó en 1967, los Eagles fueron campeones nacionales en 1948, 1949 y en 1960.

Philadelphia obtuvo su primer Super Bowl en la edición LII, correspondiente a la temporada 2018, en la que derrotó a los New England Patriots por 41-33 con Doug Pederson como entrenador en jefe. En aquel partido el mariscal de campo Nick Foles, que sustituyó al lesionado Carson Wentz, quien era el titular, fue nombrado Jugador Más Valioso del Super Bowl.

El equipo del millonario Jeffrey Lurie ha sido derrotado en tres juegos por el trofeo Vince Lombardi. El primero que perdió fue en la edición XV, en la que cayeron 27-10 ante Raiders; en la segunda, en el XXXIX, sucumbieron 24-21 ante New England; y en la más reciente tropezaron con los Kansas City Chiefs por 38-35 en la edición LVII.

Con la victoria obtenida en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, Luisiana en el Super Bowl LIX ante Chiefs, los Eagles se unen a Miami Dolphins, Los Angeles Rams, Indianapolis Colts, Baltimore Ravens y Tampa Bay Buccaneers, como los equipos que han ganado dos Super Bowl desde 1967. Por encima de Philadelphia, con tres trofeos Lombardi, aparecen Denver Broncos, Las Vegas Raiders y Washington Commanders. Un escalón más arriba, con cuatro triunfos en el Super Bowl están Kansas City Chiefs, Green Bay Packers y New York Giants, que persiguen a Dallas Cowboys y San Francisco 49ers, que han triunfado en cinco ocasiones.

New England Patriots, con Tom Brady como ‘quarterback’ y Bill Belichick como entrenador en jefe, y los Pittsburgh Steelers lideran esta lista con seis triunfos en el Super Bowl, respectivamente.

Trump, presente en el Superdome

Se coronaron por todo lo alto en un Caesars Superdome repleto, en el que estuvo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el primero en ejercicio en acudir a la gran final de la NFL. El público se dividió entre aplausos y sonoros abucheos cuando la imagen del mandatario, que había pronosticado una victoria de los Chiefs, fue mostrada en la pantalla gigante.

Por los palcos privados del estadio también se vio a Leo Messi y sus compañeros del Inter Miami Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba, así como el futbolista del Atlético de Madrid Antoine Griezmann.

Había clara superioridad numérica de los Eagles en las gradas e incluso la misma estrella del pop Taylor Swift recibió una fuerte pitada cuando apareció en la pantalla gigante. Los hinchas de Philadelphia no la perdonaron por apoyar a los Chiefs de su novio Travis Kelce.

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