México, 13 (EFE).- El mexicano Saúl “Canelo” Álvarez, dueño de todos los títulos de la división súper mediana, aseguró este sábado ser un boxeador más peligroso porque es como fiera herida después de su derrota en mayo pasado con el ruso Dmitri Bivol.

“Soy más peligroso en este momento; eso soy (una fiera herida); me estoy entrenando al 100 por ciento, entusiasmado, con hambre de triunfo”, dijo en entrevista a Efe.

Con 57 victorias, 39 antes del límite, dos empates y dos derrotas, Canelo Álvarez es uno de los mejores peleadores libra por libra del boxeo mundial y confía en demostrarlo el próximo 17 de septiembre ante el kazajo Guennadiy Golovkin, con quien suma una victoria, en septiembre del 2017, y un empate, un año después.

“Mi meta es terminar por nocáut, quiero ganar antes de los 12 asaltos y ojalá se me de la oportunidad”, reveló.

El combate llega en un momento de gran rivalidad, luego de que Golovkin calificó al mexicano de inseguro, lejos de ser el mejor y necesitado de crecer.

“Me gusta respetar a los rivales, pero si me respetan, sino no. Me molestan tantas cosas que habló y sigue hablando cuando no está frente a mi”, reconoció el tapatío, ilusionado con lograr el nocáut 40 de su carrera ante el rival de turno.

Golovkin suma 42 victorias con un fracaso y un empate. Solo no ganó las dos veces que enfrentó a Saúl, sin embargo, el campeón súper mediano confesó no estar confiado y por eso cumple una de las mejores etapas de entrenamiento de su vida.

“Me preparo para el mejor Golovkin; es un peleador inteligente que pega fuerte y difícil de conectarlo, pero lo conozco; sé lo que tengo que hacer y vamos a llegar bien”, observó.

A pedido de Efe, el peleador dio pistas sobre sus entrenamientos. Reveló hacer carreras de 10 kilómetros tres veces por semanas, trabajo de bicicleta fija los días que no corre, además de labor en el ring, en la que afina los detalles técnicos.

“No sé a qué ritmo corro, pero el día que más me gusta es cuando tocan sparrings”, confesó.

Alejado del alcohol y las drogas en las que han caído decenas de campeones del boxeo, sin escándalos de mujeres y con fama de mostrar una disciplina monjil en los entrenamientos, el “Canelo” es adorado por muchos, pero aborrecido por algunos, que, quizás por su rectitud, lo consideran fuera de la tribu.

“Me salgo del prototipo. Tengo muchos fans y así estoy bien, con los que cuento estoy contento”, advirtió.

Con una fortuna de decenas de millones de dólares, Álvarez es uno de los deportistas latinoamericanos más ricos, sin embargo acepta que sus grandes objetivos no los puede comprar con dinero.

“Mis sueño es ser uno de los mejores en la historia del boxeo. El dinero es un bono y viene de la mano, pero lo único que quiero es ser uno de los mejores y eso se compra con trabajo”, aceptó.

Aunque se alimenta de manera cuidadosa, con más pollo y pescado que carne roja, Saúl confiesa no sufrir privaciones y sobre todo cuando va a Guadalajara, su ciudad natal, no renuncia a la comida mexicana.

“Me alimento saludable, aunque no falta un taquito o una torta ahogada cuando voy a Guadalajara. Ahí me doy mis gustos”, confesó.

El pasado 7 de mayo, Saúl subió a la división semipesada y perdió por decisión unánime con el ruso Dmitri Bivol. Aunque hizo borrón y cuenta nueva después de esa pelea, está abierto a hablar sobre ella porque la considera un ejemplo de su obsesión por superarse a sí mismo.

“No tenía necesidad de subir de peso, pero tomar ese tipo de retos es no conformarme con lo que tengo. Existía la posibilidad de perder, sin embargo, el camino para ser grande tiene baches, te tropiezas una, dos, tres y hasta diez veces, pero eso no quiere decir que no vas a lograr el objetivo. Hay que seguir adelante”, señaló.

Ante rivales como el estadounidense Caleb Plant, con quien se lió a golpes en una rueda de prensa, Saúl Álvarez hizo las paces después de la pelea. Ahora no está claro que eso pueda suceder con Golovkin porque el kazajo lo ha atacado.

“Ya no sé si creerle”, dijo.

Aunque toma poco alcohol, “Canelo” es patrocinado por Hennessy, la prestigiosa marca de coñac, que seguro estará dispuesta a suministrarle una copa al boxeador para que, después de la pelea, brinde en son de paz con Golovkin.

-¿Se tomarían un coñac juntos?

– Más adelante, no lo sé. Esta vez, si lo hago, mejor solo.

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