El veterano peleador lleva meses inactivo y por el momento no se vislumbra que suba al cuadrilátero, lo que le aleja aún más de un posible tercer combate con Saúl “Canelo” Álvarez
Gennady Golovkin, el tradicional (y duro rival) del boxeador mexicano Saúl -Canelo- Álvarez, todavía no encuentra, en lo inmediato, espacio para su regreso a los ensogados.
Y, por lo que se observa, no hay nada concreto de que vuelva a contender -en la anhelada tercera pelea con el estelar púgil mexicano- en la que de nuevo se dispute el campeonato mundial del peso mediano (160 libras).
Pero, ¿por qué Golovkin no se activa y hace galas de su estelaridad para que la fanaticada no se olvide de él?
La pregunta, formulada por algunos expertos, tiene “justificación” en razón de que el peleador de Kasajistan lleva ya unos cuatro meses que no da visos de que va a volver a los ensogados.
En su más reciente combate, montado el 15 de septiembre del pasado año en el coliseo T-Mobile de la ciudad de Las Vegas, Nevada (Estados Unidos), enfrentó a Canelo Álvarez… ¡y perdió por decisión mayoritaria!
Esa pérdida ocasionó que le fuera arrebatado el cinturón del peso mediano, avalado por el Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo.
Antes, el 16 de septiembre de 2017, en el mismo escenario, Golvkin tuvo un empate con Canelo Álvarez. Fue una pelea bien reñida por lo que hubo la necesidad de pactar la revancha, como efecto ocurrió.
Aunque es “necesario” un tercer combate entre estos dos capacitados gladiadores, el mismo “no se ve claro en el horizonte boxístico”.
¿Qué se espera?
Hace dos semanas que se “coló” la noticia de que “puede que Canelo Álvarez no enfrente a Gennady Golovkin en 2019, pero eso no significará que no tenga peleas de calidad en este año”.
El entrenador del mexicano, Eddy Reynoso, ha declarado que su pupilo “no tiene rivales favoritos” por lo que si hay que enfrentar de nuevo a Golovkin, pues no habría ningún problema.
El peleador mexicano, con foja profesional de 51-1-2 y 35 victorias por nocaut, tuvo su pelea más reciente el 15 de diciembre del pasado año en el Madison Square Garden de Nueva York ante Rocky Fildeing, del Reino Unido.
El combate fue por la corona del peso supermediano (168 libras) que respaldó la Asociación Mundial de Boxeo.
Canelo Álvarez se cubrió de gloria al noquear a su rival en el tercer round y, de paso, se unió a un selecto grupo de boxeadores de México ganadores de tres fajas mundiales en otras tantas categorías.
De otro lado se dijo, y Oscar de la Hoya lo confirmó, que a Golovkin se le hizo una oferta para que volviera a pelear con Canelo Álvarez.
Y así, de acuerdo con los mismos reportes, se diera la tan reclamada tercera pelea por el cetro de las 160 libras.
Desde el equipo de Golovkin “no se obtuvo ninguna respuesta “ y fue entonces cuando De la Hoya, presidente de la compañía Golden Boy Promotions, decidió que Canelo Álvarez hiciera la primera defensa de su cinturón mediano ante el estadounidense Daniel Jacobs.
Esta pelea, fijada para el cuatro de mayo, también será celebrada en el T-Mobile, la instalación que en mayo de 2016 fue inaugurada en un pleito protagonizado por el púgil mexicano y el inglés Amir Khan, quien en esa ocasión fue noqueado en el sexto asalto.
La mayoría de los expertos cree que “por el momento no habrá una tercera pelea Golovkin vs Canelo Alvarez” por lo que el kazajo, lo más probable, tenga que esperar hasta quizás mayo de 2020 para volver que vérserlas en un cuadrilátero con quien ha tenido dos duras batallas de guantes.
Mientras tanto, se espera que Golovkin logre llegar a un acuerdo económico, como ya lo hizo Canelo Álvarez, quien firmó un jugoso contrato con la empre DAZN que lo beneficia con 365 millones de dólares (para realizar 11 peleas), con alguna firma de Estados Unidos y de esa manera tener oportunidad de enfrentar a lo “más granado” de las 160 libras y, lógicamente, tener la oportunidad de ganar los millones de dólares que merece.
El peleador kazajo, que pronto cumplirá 37 años, debe “apurar” y volver al cuadrilátero… ¡porque si no lo hace rápido su cuerpo se va a oxidar y, por consiguiente, perderá cotización en el exigente negocio del boxeo.