SAN DIEGO — LeBron James se frotó las manos con polvo de tiza frente a la mesa del personal encargado del marcador, lanzó un grito de emoción hacia los eufóricos aficionados en las primera filas, y de esa forma la nueva era de los Lakers de Los Ángeles arrancaba.

En la arena de San Diego, el mismo recinto donde Magic Johnson hizo su debut en temporada regular con Los Ángeles hace 39 años, James cautivó a los aficionados desde el inicio del partido de exhibición de los Lakers el domingo por la noche, una derrota de 124-107 ante los Nuggets de Denver.

James falló su primer disparo del encuentro antes de lanzar sin mirar un pase de cerca de 8,2 metros (27 pies) a Brandon Ingram, que coronó la jugada clavando el balón. Un minuto después, James encestó un largo triple.

La exestrella de los Cavaliers terminó con nueve puntos, tres rebotes y cuatro asistencias en poco más de 15 minutos de juego.

“Es grandioso regresar a la cancha y empezar una nueva travesía para mí y escuchar a los aficionados de los Lakers que tenemos aquí en San Diego”, declaró James, quien contrajo matrimonio en esta ciudad en 2013. “Es una grandiosa sensación salir y escuchar el estruendo de los fanáticos aquí. Lo agradezco enormemente”.

El tricampeón de la NBA, cuatro veces Jugador Más Valioso de la liga y 14 veces elegido al Juego de Estrellas dijo que el domingo estuvo más tiempo en la cancha de lo que esperaba, “y me sentí bastante bien”.

Ver a James con uniforme de los Lakers por primera vez “fue asombroso”, señaló el entrenador Luke Walton, quien creció en San Diego.

“Cuando uno dirige a los Lakers y voltea y mira a LeBron vistiendo los colores del equipo, se siente fenomenal”, indicó.

Los Lakers inician de la temporada regular el 18 de octubre en Portland. Su primer Partido en casa será dos noches después contra los Rockets de Houston.

Si bien los Lakers tienen aún mucho en qué trabajar, los seguidores esperan que la llegada de James cambie las cosas después del peor lustro en la historia de la franquicia.

LeBron dejó los Cavaliers de Cleveland para firmar como agente libre un contrato de cuatro años por 153,3 millones de dólares con los Lakers.

“Siempre siento distinto cuando cambio de uniforme”, afirmó. “Sentí distinto cuando cambié el uniforme de St. Vincent-St. Mary para ponerme el de los Cavs, al dejar de usar el de los Cavs para vestir el del Heat, luego volver a ponerme el de los Cavs y ahora convertirme en un Laker. Definitivamente es una sensación diferente y toma un poco de tiempo acostumbrarse”.

Él, Rondo y los también veteranos McGee, Lance Stephenson y Michael Beasley firmaron para hacer mancuerna con el joven talento de los Lakers.

Pero James fue el centro de atención dentro y fuera de la cancha la noche del domingo.

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