Rodney Linares y el resto del equipo de República Dominicana llegó como favoritos al torneo mundialista y tuvieron que despedirse en la misma primera ronda. A pesar de contar con varias de las figuras de las Grandes Ligas, el equipo no pudo superar a un equipo de Puerto Rico que ejecutó justamente para llevarse la victoria la noche del miércoles.
El mismo dirigente del equipo quisqueyano, Rodney Linares, declaró durante la semana que si su tropa no alcanzaba la final de la quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol todo habría quedado en un fracaso.
“¿Si República Dominicana no llega a la Final es un fracaso?” se le preguntó al dirigente horas antes del choque con Puerto Rico. A lo que él contestó “sería un fracaso para mí. Porque yo creo que nosotros tenemos todas las herramientas para ganar”.
Y precisamente eso fue lo que sucedió. República Dominicana cayó derrotada 5 carreras por 2 ante Puerto Rico, que celebró eufóricamente una clasificación que además de darle un pase a los cuartos de final, le dio un triunfo ante un equipo con el que existe una rivalidad que trasciende fronteras y disciplinas deportivas.
Rodney Linares y la culpa
La derrota contra Puerto Rico, en muchos sentidos, fue similar al primer juego ante Venezuela el sábado, en el que tropezaron 5-1. En ese duelo inicial, la potente ofensiva de los quisqueyanos dejó a 13 corredores en base y se fue de 12-0 con corredores en posición anotadora.
El miércoles contra Puerto Rico, dieron dos hits en ocho turnos con gente en posición de anotar y se quedaron siete anclados en las almohadillas. Dejando un lado los encuentros contra Israel y Nicaragua, Dominicana hizo tres carreras.
Si bien Rodney Linares reiteradamente asumió la culpa de lo sucedido (“el que me quiera echar la culpa, que me la eche”) no dejó de lamentarse por esas oportunidades que no pudo capitalizar su ofensiva.
No obstante, Linares no encontró, según su análisis, razones para cuestionarse o cosas que habría hecho distinta.
“Esos son los jugadores que tenemos, los jugadores que yo iba a (poner a) jugar. Yo soy una persona que se basa en los números, en la data, y la data me decía que esos son los jugadores que tenían que jugar”, ripostó el piloto. “Vuelvo y repito: yo confiaba, o confío, en los jugadores. Eran los mejores, para mí, en el momento. Sé que perdimos la serie y nadie está más decepcionado que yo”.
No era, definitivamente, el final que había imaginado Rodney Linares. Ni para el juego, ni para el Clásico Mundial.