Al Horford ha encestado 35 puntos en los últimos cinco partidos para una media de 6.8 tantos.Seamos claros. Ese no es el Horford que queremos ver. Ansiamos observar al tipo que todas las noches encesta más de 15 tantos, pero más que eso, al jugador que con regularidad toma 14 o 15 disparos y se ve más comprometido al ataque de su equipo.
Durante el partido contra los Cavaliers de Cleveland, el miércoles por la noche, el dominicano solo se animó a tomar seis goles de campo. Esa es la parte que más me preocupa de todo. Que últimamente no llega ni a los diez disparos tomados y se deja ver solo como un jugador de rol dentro del equipo y no como una arma con cierta preponderancia en ataque.
Es probable que, a pesar de que no nos guste esta versión del ala pívot dominicano, su estatus en Boston se mantenga invariable. Resulta cuesta arriba creer esto último, especialmente porque se trata de un jugador al que los Celtics de Boston le dieron 113 millones de dólares por cuatro años.
Sí, Horford ganará esta temporada exactamente US$26,540,100. Su promedio está en 14.0 puntos, 6.7 rebotes y 1.5 bloqueos por encuentro.
No creo que sus aportes ofensivos suban, tomando en cuenta que Boston ha sido el segundo mejor equipo de la Conferencia del Este, aún con él desempeñándose como jugador de rol.
Siempre he dicho que el dominicano es un jugador de coaches. Todo el tiempo va a hacer lo que el coach mande, algo que los técnicos siempre van a valorar.
Horford no está cerca de ser la primera ni la segunda opción en Boston, pero aún así dentro de esa organización todos están felices con su actuación, porque se ajusta muy bien a la ofensiva que se corre allí. El propio Stevens ha elogiado su capacidad para adaptarse a esa ofensiva, pero más que eso ha valorado su versatilidad en la defensiva. Horford ha desarrollado un disparo de tres. Su juego ha cambiado abruptamente, es cierto. Eso permite a Boston abrir la cancha y darle un mayor espacio a los guards del conjunto. El problema está cuando ese disparo no cae.
Ahí aparece el Al Horford que no queremos ver.