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En un gesto que combina el poder del deporte y la solidaridad, el astro dominicano Juan Soto se unió a la organización sin fines de lucro Jompéame para regalarle una vivienda digna al pequeño Leonardo, un niño que hasta hace pocos días vivía en una casita de zinc con un baño al aire libre y constantes temores cada vez que llegaban las lluvias intensas.
Leonardo, oriundo de un barrio de bajos recursos en la República Dominicana, pasaba sus días compartiendo paredes de lámina y un techo que apenas lo protegía de las inclemencias del tiempo. Su seguridad y salud estaban en riesgo permanente: el propio niño confesaba sentir “miedo cada vez que llovía” por la inundación dentro de su vivienda.
Con el objetivo de cambiar esta realidad, Jompéame lanzó la campaña “Home Run para Leonardo”, invitando a donantes y seguidores a contribuir para levantar un hogar real. La iniciativa se hizo viral en redes sociales gracias al impulso de Juan Soto, quien puso su nombre y recursos al servicio de la causa.
El aporte de Juan Soto
Más allá de posar para la foto, Soto destinó un generoso aporte económico que permitió no solo la construcción de la casa, sino también la adecuación de instalaciones sanitarias completas y la entrega de mobiliario básico. En el video que compartió Jompéame, se observa al pelotero dominicano sorprendiendo a Leonardo con un día de diversión y, sobre todo, con la noticia de que muy pronto tendría un hogar nuevo.
“Gracias a Juan Soto por el increíble aporte para lograr esta misión”, destacó la publicación oficial de Jompéame en Instagram, subrayando la empatía y compromiso del jugador con su país y su gente.
La emoción de Leonardo fue palpable cuando, en su primera visita a la casa terminada, exclamó. “A mí me gusta mi casa nueva. Ahora es mucho mejor”, palabras que quedaron registradas en un video de Jompéame donde el niño recorre cada rincón de su nuevo hogar con una sonrisa de oreja a oreja.
Este proyecto no solo brinda seguridad y bienestar a Leonardo y su familia, sino que inspira a toda una comunidad. El gesto de Juan Soto demuestra que los deportistas pueden convertirse en agentes de cambio social, movilizando recursos y atención mediática para causas que trascienden el terreno de juego.
