El Bayern de Múnich agrandó la crisis del París Saint-Germain, dominado en el juego y en el marcador con un gol de Kingsley Coman en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, condenado a una gran hazaña en la vuelta en Alemania para no comprometer su temporada.
Solo la salida de Kylian Mbappé, milagrosamente recuperado de su lesión una semana antes de lo previsto, pareció dar aliento a los franceses, que se pueden aferrar a la fuerza de su número siete para albergar esperanzas de clasificación.
El delantero francés revolucionó a su equipo, tuvo dos buenas ocasiones, marcó un gol anulado por el VAR por fuera de juego y permitió a Leo Messi tener una gran ocasión que desvió Benjamin Pavard. A la salida de las duchas aceleraron los franceses, espoleados por la imagen de su líder Kylian Mbappé, que comenzaba a calentar, pero su esfuerzo quedó sumergido por el contragolpe del Bayern.
Alphonso Davies, que había sustituido a Cancedo en el descanso, sirvió al segundo palo para que Coman, con el interior del pie, lanzara a puerta y, con la complicidad de Donnarumma, abriera el marcador en el 53.
En otro encuentro, el Milan regresó de la mejor manera posible a los octavos de la ‘Champions’ tumbando al Tottenham gracias al gol de Brahim Díaz en un partido en el que el conjunto ‘rossonero’ volvió a sentirse importante en un gran escenario, en el que recuperó la esencia que le llevó a lo más alto de Italia la pasada temporada y la confianza perdida en los últimos meses.