La selección de Estados Unidos llegó al Mundial femenino sub-17 con varias jugadoras profesionales con las que buscará hacerse con su primer título en la categoría.
Con cinco participaciones entre las siete ediciones ya disputadas, Estados Unidos es un habitual cliente del torneo, aunque solo ha alcanzado una final, la de 2008 en Nueva Zelanda, que perdió por 2-1 ante Corea del Norte.
Con el objetivo de alzar su primer título, la exjugadora y ahora entrenadora Katie Schoepfer ha incluido en su convocatoria a cuatro jugadoras profesionales que compiten en equipos de la National Women’s Soccer League (NWSL).
Se trata de las centrocampistas Kennedy Fuller (Angel City), Melanie Barcenas y Kimmi Ascanio (San Diego Wave) y Ainsley McCammon (Seattle Reign).
Las estadounidenses no han podido quedar emparejadas en un grupo más complicado.