La afición brasileña, que este lunes volvió a ocupar las plazas de las principales ciudades del país, se llenó de confianza tras el baile a Corea del Sur (4-1) en los octavos de final del Mundial de Qatar, mientras reza por la pronta recuperación de Pelé.
Cada vez son más los que empiezan a creerse el cuento del ‘Hexacampeonato’ en este país de 213 millones de habitantes que, poco a poco, se va enganchando a una selección en la que habían dejado de creer hasta hace no mucho tiempo.
Vinícius Júnior, Neymar, Richarlison y Lucas Paquetá cargaron hoy de razones a los brasileños, que desde el pasado martes viven entre la ilusión por conquistar la sexta estrella y la preocupación por el estado de salud de su leyenda mayor: Edson Arantes do Nascimiento ‘Pelé’.
‘O Rei’, quien a sus 82 años se encuentra en tratamiento por un cáncer de colon, permanece ingresado en un hospital privado de Sao Paulo por una “infección pulmonar” derivada de la covid-19 que contrajo hace menos de un mes, según sus hijas.
Aprovechando el partido de octavos de final, los hinchas de la Canarinha se equiparon con letreros de “Fuerza Pelé” y “Que te mejores, Pelé”, en la fiesta montada sobre la turística playa de Copacabana, en la ciudad de Río de Janeiro.
“Pido a Dios que ilumine a Pelé y que vuelva a casa. Merece estar con nosotros en la campaña”, afirma a EFE Rosa Rodrigues, quien lleva un rosario enlazado en su mano derecha.
Esta empresaria de 48 años asegura que “Dios bendijo” hoy a los pupilos de Tite porque cuando salió de casa puso a todos los jugadores “en manos de Dios”.
“Y aquí está la respuesta: es Jesucristo”, sentencia visiblemente emocionada.
Las críticas que recibió el combinado nacional por la derrota sin consecuencias ante Camerún (1-0), en la última jornada de la fase de grupos, se transformaron este lunes en todo tipo de elogios.
“Muy buen partido. Superó mis expectativas porque creía que iba a terminar 3-0 y resulta que ya marcaron cuatro en el primer tiempo”, confiesa a EFE Emerson Quaresma, profesor de 44 años.
En la retransmisión de la cadena Globo, el grupo de comunicación más importante del país, también destilaban optimismo. Hasta el popular locutor deportivo Galvao Bueno le mandó un recado al seleccionador español, Luis Enrique.
“Se cree que solo su equipo juega bonito. Luis Enrique, va por ti”, dijo Bueno al filo del descanso, cuando el marcador ya lucía un 4-0 para los pentacampeones del mundo.
En Copacabana, Quaresma ya se imaginaba una victoria por 7-1 para así “cerrar” la herida que dejó la histórica humillación de Alemania en las semifinales del Mundial de Brasil 2014.
Han pasado más de ocho años y ese 7-1, que pasó a la historia como el ‘Mineirazo’, aún escuece entre los brasileños.
Sin embargo, Brasil bajó el pistón en la segunda mitad y el resultado final se quedó en un digno 4-1, más que suficiente para pasar a cuartos de final, donde se medirá a Croacia.
Aunque los brasileños ya piensan en la final y en levantar la Copa. “¡Brasil va a ser campeón!”, exclama una eufórica Rodrigues.
Parecen olvidar que, si consiguen derrotar a Croacia, finalista en Rusia 2018, les espera un hueso duro de roer en semifinales que saldrá del cruce entre Países Bajos y Argentina, su máximo rival.
“Con toda seguridad, Francia será un rival muy duro en la final, pero ¡Brasil será ‘Hexa’! ¡Es nuestro!”, expresa un confiado Quaresma.
Ni el presidente electo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, parece tener muy en cuenta a la Albiceleste de Lionel Messi. La semana pasada apenas mencionó a España, Francia e Inglaterra como las principales amenazas de Brasil en su lucha por el ansiado ‘Hexa’.