NUEVA YORK— Sin hits en sus últimos 18 turnos, Gary Sánchez no se sentía abrumado ni presa del pánico cuando se presentó a batear en la parte baja del octavo inning y con la oportunidad de adelantar a los Yanquis en la pizarra.
“En ese momento no estaba enfocado en un 18-0, estás enfocado en ganar el juego. Eso es lo primordial”, dijo Sánchez sobre su turno ante el cerrador Ken Giles.
Fue el triunfo lo que se encontró al conectar una recta de 98 mph en cuenta de 0-2 contra Giles, para remolcar a Judge y Didi Gregorius.
“Nunca me desanimé. Fui al plato con la idea de no hacerle swing a pitcheos malos, de buscar algo alto en la zona”, describió Sánchez, quien hasta ese momento apenas tenía un imparable en 32 apariciones al plato esta postemporada.
Esa mala racha y el turno de Sonny Gray en la rotación propiciaron la decisión del manager Joe Girardi de quitarle la titularidad en la receptoría a Sánchez y darle la asignatura de bateador designado. Girardi consideró que Austin Romine estaba mejor capacitado para trabajar con Gray, con su repertorio de lanzamientos rompientes.
Pero Girardi nunca perdió la fe en el poder de Sánchez, quien en su primera temporada completa en las mayores disparó 33 jonrones, la máxima cantidad de un receptor en la historia de la franquicia.
“Es un tremendo bateador”, dijo Girardi. “…Yo he visto a gente que está en el Salón de la Fama y que ha tenido malas racha en los playoffs. Son cosas que pasan. Eventualmente iba a responder y lo hizo de gran manera esta noche”.
El otro batazo clave fue el jonrón solitario en el séptimo de Judge, el otro joven cañonero Yanqui sumido en una mala racha.
Abajo 4-0, ese cuadrangular encendió la reacción de los Yanquis tras una tarde de despistes que apuntaba a dejarles al borde de la eliminación.
“Fue la chispa”, indicó Girardi.
Todo parecía conspirar en contra de Nueva York: la desventura de Judge en el corrido de bases, dos errores del prolijo segunda base Starlin Castro y una interferencia de Romine.
El doble con las bases llenas de Yuli Gurriel en el sexto y luego el rodado de Brian McCann que el dominicano Castro fildeó mal en el séptimo parecían encaminar a los Astros a la victoria.
“Sentíamos que teníamos la victoria al alcance, así que esto es duele”, señaló Carlos Correa, el torpedero puertorriqueño de los Astros que previo al doble de Gurriel se había ponchado con las bases llenas. “Hay que voltear esta página. Hemos sabido responder a momentos adversos durante este año y tengo la confianza de que vamos a reaccionar”.
Maniatados por Lance McCullers Jr., los Yanquis empezaron a descontar a partir del cuadrangular de Judge por todo el jardín central ante el abridor derecho. Judge la desapareció al primer ofrecimiento de McCullers en el séptimo, una curva en cuenta de 1-1.
Fue el final de una excelente salida de McCullers, quien lanzó pelota de dos hits en seis innings. Pero en una auténtica debacle, el bullpen de los Astros no supo sostener la diferencia
Un elevado de sacrificio de Sánchez en dirección al jardín derecho ante Chris Devinski les acercó 4-2, luego que Didi Gregorius había conectado un triple.
Todd Frazier abrió el octavo con un sencillo por el izquierdo y luego el emergente Chase Headley disparó un doble hacia el izquierdo. Pero Headley estuvo a punto de quedar acorralado entre primera y segunda base, decidiendo irse a segunda y evitar con lo justo el roce del guante de José Altuve.
“Un momento de pánico”, señaló Headley. “De una de las mejores sensaciones de mi carrera a la peor en un par de segundos, pero todo salió bien por suerte”.
El manager de los Astros A.J. Hinch decidió traer a Giles en reemplazo de Joe Musgrove.
Pero no fue la solución.
La tercera carrera de los Yanquis entró tras un rodado de Brett Gardner por la intermedia. Acto seguido, Judge conectó su doble contra el muro del izquierdo para igualar el juego. Sin cejar, Gregorius conectó un sencillo y así sirvió la mesa para el doble de Sánchez que puso diferencias definitivas y desató el jolgorio en las tribunas.
“No se puede escuchar nada”, dijo Judge sobre el electrizante ambiente en el estadio. “Quieres charlar con la persona a tu lado, pero es algo ensordecedor”.
Fue la más reciente remontada de Nueva York este año. Ha ganado 11 veces tras ir perdiendo por tres o más carreras, incluyendo el juego de comodines ante Minnesota.
Aroldis Chapman sacó en orden el noveno para asegurar el triunfo. Los Yanquis mejoraron a una foja de 5-0 como locales en los playoffs y por 18va ocasión en sus últimos 21 duelos en el Bronx.
“Cada juego en casa ha sido especial”, comentó Girardi. “Siento que los fanáticos han vuelto. Y yo he visto cosas que no había visto en mucho tiempo, que me hacen recordar muchas cosas de cuando me tocó ser jugador aquí”.
Masahiro Tanaka lanzará el miércoles por Nueva York en el quinto juego, enfrentando a Dallas Keuchel, en una reedición del duelo de abridores que se registró en el primer partido. Los Astros ganaron ese compromiso por 2-1.
El martes, Gray lanzó pelota de un hit sin cinco innings, pero sin recibir respaldo ofensivo. Fue el cuarto partido seguido en postemporada que sus compañeros no han anotado cuando ha estado en el montículo, incluyendo dos con Nueva York este año.
Houston se puso arriba 3-0 cuando George Springer abrió el sexto con un boleto y Josh Reddick procedió a embasarse con la interferencia de Romine. El relevista David Robertson reemplazó a Gray con la cuenta en 1-0 y acabó transfiriendo al venezolano Altuve. Pero luego de ponchar a Correa, el cubano Gurriel bateó su doble por la raya de tercera base. Gurriel fue sorprendido entre segunda y tercera.
El segundo error de Castro en el juego permitió la cuarta carrera de Houston. El venezolano González anotó desde la intermedia.
Los Yanquis incurrieron en un total de tres errores.
Por los Astros, los venezolanos José Altuve de 2-0 con una anotada, Marwin González de 3-1 con una anotada. Los puertorriqueños Correa de 4-0, Carlos Beltrán de 3-1. El cubano Gurriel de 4-1 con tres impulsadas.
Por los Yanquis, los dominicanos Sánchez de 3-1 con tres impulsadas, Castro de 3-0.