Cuando Gabriella Howell se pone la camiseta, el short y lo botines, brilla en el fútbol femenino. Pero quien la ve vestida fuera de la cancha, en la calle o alguna fiesta, piensa que se trata de una modelo o influencer.
“En las redes sociales me atacan por mi apariencia”, asegura.
Howell es una futbolista de 22 años del sureste de Londres (Reino Unido) que juega desde que era una niña, pero que a diario sufre por los haters crueles, que la agreden de todas las maneras, incluso con los aspectos vinculados al deporte.
Brilla en el fútbol femenino desde la infancia
Gabby Howell juega al fútbol desde que tenía ocho años, en el municipio londinense de Bromley. Empezó en el Crystal Palace, donde jugó hasta los 16 años, cuando se mudó a Carshalton. De allí saltó al Sutton United FC, donde milita desde entonces y se terminó de afianzar como futbolista.
Howell es una de las jugadoras líderes de su equipo. No obstante, Pese a que la defensora central está orgullosa de sus logros deportivos, admite que pueden ser arruinados por los haters que acechan sus páginas de Instagram, TikTok y Twitter.
Gabby compartió algunos de los comentarios sexistas de TikTok que recibe en su cuenta @_gabbyhowell.
Por ejemplo, debajo de un video alguien le escribió: “Gabby, ¿cómo es que saliste de la cocina?”. Otro dijo: “¡Siempre mierda! Es una mujer tratando de jugar el deporte de un hombre”.
Otro eligió atacarla por su imagen: “Creo que el problema del fútbol femenino es que eligen a sus jugadoras más por su apariencia que por su talento”.
Por su puesto, además debe soportar los mensajes despectivos y machistas en Instagram de quienes no la toman en serio.
“Los hombres dirán que están cachondos debajo de mis fotos jugando fútbol, y si etiqueto a mi club en la publicación es vergonzoso”, reconoce la chica que sospecha que está en el ojo de la tormenta porque además le gusta vestirse bien, maquillarse mucho y salir a divertirse de noche.
“Puedo jugar al fútbol y usar tacones altos”, lanzo si dudar Gabby, decidida a usar la plataforma para inspirar a las más jóvenes a interesarse por el fútbol y no sientan que es un deporte solamente de hombres.
“Mantengo los comentarios de odio en mis perfiles, no los borro”, explicó, y agregó que quiere que la gente vea que tener muchos seguidores en Instagram no es tan bueno como parece.
Y avisa: “Las jóvenes creen que quieren ser influencers pero no ven las desventajas. Me gusta crear conciencia en la gente”.
Aunque admite que hubo una ocasión en que los trolls la sacaron de sus casilla y la dejaron muy mal, asegura que jamás volvió a suceder desde entonces. “No le vas a gustar a todo el mundo. Me lo repito a mí misma cada vez que veo estos comentarios”, cerró.