Usain Bolt se pasó una hora recordando algunos momentos de su carrera, hablando sobre sus planes y compartiendo su visión sobre el futuro de un deporte que se quedará sin su máxima estrella.
LONDRES (AP) — ¿Regresará Usain Bolt a las pistas después que concrete su retiro? Jamás. ¿Será que la leyenda jamaiquina puede perder en su fiesta de despedida? Ni lo sueñe.
El hombre más rápido del planeta, y una de las figuras más carismáticas en la historia del atletismo, fue enfático en ambos puntos el martes, antes de competir en el que será su último mundial de atletismo. Bolt se pasó una hora recordando algunos momentos de su carrera, hablando sobre sus planes y compartiendo su visión sobre el futuro de un deporte que se quedará sin su máxima estrella.
Con la barba de chivo que utiliza durante los mundiales, pero no en los Juegos Olímpicos, el astro que ganó sus nueve finales olímpicas con una sonrisa en el rostro y todo tipo de récords descartó la posibilidad de que vuelva a correr una vez cuelgue los botines: “Para mí, los próximos campeonatos serán divertidos, porque llegó el momento de ser un espectador y ver quién puede con los nervios”, dijo el 11 veces campeón mundial, que cumple 31 años el 21 de agosto.
Sobre la posibilidad de que cambie de parecer si pierde el sábado en la final de los 100 metros, respondió: “Eso no pasará, así que no tendremos ese problema. No se preocupen”.
Indicó que está entusiasmado por una vida en la que se dedique a ofrecer charlas motivacionales, jugar al fútbol con sus amigos y quizás actuar en películas de acción para mantener la adrenalina corriendo.
En cuanto al pasado, una de las revelaciones más interesantes de Bolt es que su ahora famosa pose del “Rayo”, que hizo después de ganar su primera medalla de oro olímpica en 2008 en Beijing, fue totalmente improvisada.
“Fue algo que pasó en el momento”, dijo. “Supongo que fue por gracia divina. Se hizo famosa, para mí funcionó”.
Casi todas las celebraciones desde entonces _ según el presentador, han sido 147 triunfos _ ha sido planificada, arropado por la bandera de Jamaica y bailando al ritmo del reggae. Uno de los pocos momentos improvisados fue en el mundial de hace dos años en Beijing, cuando un fotógrafo en un Segway lo derribó accidentalmente cuando festejaba el triunfo alrededor de la pista.
Ese hombre apareció en un video en la conferencia de prensa, y dijo a Bolt: “Me inspiraste para concentrarme más en mi trabajo”.
“Fue sorprendente”, recordó Bolt, quien se puso de pie tras la caída. “No me lastimé, así que fue gracioso”.
Bolt respondió a las habituales preguntas sobre el dopaje. Aunque él nunca ha incurrido en violaciones al reglamento, muchos jamaiquinos sí han sido sancionados. Además, los dos últimos años han sido acaparados por las historias sobre el dopaje institucional entre los atletas rusos.
“El atletismo sólo puede mejorar”, dijo. “Ojalá que lo encaminemos en la dirección correcta y que sigamos en esa dirección”.
Lo más llamativo que dijo, o, más bien, que no dijo, fue cuando le preguntaron sobre su posible sucesor.
“No voy a hablar de eso”, señaló. “El último que dije que sería un grande me faltó el respeto”.
Es casi seguro que se refería a Andre De Grasse, el canadiense que le plantó cara en las semifinales de los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Río el año pasado.
De Grasse es la mejor apuesta para brindar algo de incertidumbre a la final del sábado, pero Bolt no cree que sea un problema.
“Ustedes saben que si vengo a un campeonato, es porque estoy listo”, afirmó.