La peor parte del experimento de los Mellizos de Minnesota de poner a Miguel Sanó en el jardín derecho fue que el fracaso era fácil de imaginar.Lo oportuno de rectificar ahora es rescatar el potencial de uno de los peloteros que encarnan el porvenir de un equipo que viene de perder 103 juegos, la mayor cantidad en su historia.
Cuando dieron de baja a Trevor Plouffe en noviembre, los Mellizos aseguraron que Sanó estará en la posición que prefiere: la tercera base.
“Padeció con el experimento y creo que eso le hizo retroceder un poco”, reconoció el mánager Paul Molitor.
El dominicano se ponchó 178 veces en 437 turnos al bate en 2016, es decir sobre el 40 por ciento. También se perdió un mes cuando sufrió una lesión en la corva de la pierna izquierda. Pese al cambio de posición, la lesión y problemas de peso, Sanó terminó con 25 jonrones.
Pero los Mellizos confían que la titularidad en la antesala le permita recuperar el nivel que le permitió salir como el tercero más votado por el Novato del Año de la Liga Americana en 2015, cuando su porcentaje combinado de embasado y slugging fue de .916, una cifra que cayó a .781 del año pasado.
Durante el invierno en su país natal, Sanó se entrenó con el exantesalista Fernando Tatis para pulirse en la posición.
“Estoy feliz de que me han dado la oportunidad de comenzar la temporada en la tercera base”, afirmó. El alivio de Sanó es uno de los aspectos que animan a los Mellizos en volver a ser el equipo que en 2015 logró 83 victorias y estuvo metido en la pelea por entrar a los playoffs.
Sanó y el trío de jardineros conformado por Byron Buxton, Max Kepler y Eddie Rosario (todos menores de 25 años) pertenecen al núcleo juvenil de una alineación que fue la sexta mejor de la Americana en total de bases, pese al cúmulo de derrotas. El designado Kennys Vargas (26 años) y el campocorto Jorge Polanco (23) son otras de las piezas surgidas de su sistema de ligas menores.