En momentos en que los jonrones, los ponches y la duración de los juegos alcanzan récords, el comisionado Rob Manfred indicó que el béisbol de Grandes Ligas está dispuesto a imponer cambios en el formato de la acción en el terreno.Grandes Ligas propuso diversas iniciativas durante el último receso de invierno, como un cronómetro para establecer un margen de 20 segundos entre cada lanzamiento, limitar a uno el número de visitas al montículo por los receptores cada inning y elevar la parte baja de la zona de strike. Pero el único cambio que el sindicato aceptó y que se puso en vigor fue el de conceder la base por bolas intencional sin necesidad de hacer picheos.
“Ha habido cambios drásticos en este deporte, en la forma en que se enseña, y juega en el nivel de ligas mayores”, dijo Manfred. “Hay una tolerancia significativamente mayor para los ponches por parte de los bateadores. Hay mucho más énfasis en el jonrón como el arma principal a la ofensiva. Hay un alza notable en el uso de relevistas, incluso al punto de dar un vuelco en la parte baja de la rotación, entre la Triple A y quienes están en las Grandes Ligas”.
La proporción de apariciones en el plato que derivan en cuadrangulares alcanzó su máximo nivel de 2.99% en 2000, en el clímax de la Era de los Esteroides, de acuerdo con datos que compiló la oficina del comisionado. Cayó a 2.28% en 2014, pero se incrementó a 2.67% al año siguiente, a 3.04% la temporada pasada y a 3.3% en el presente año.
En cuanto a los turnos que resultan en ponches, éstos han aumentado durante 12 años consecutivos, de 16.4% en 1999 a 21.6% en esta campaña. La proporción de relevistas respecto de abridores en cada juego ha subido de 2.01 en 1990 a 3.15 en la campaña pasada. Este año, se ubica en 3.1 hasta la pausa por el Juego de Estrellas, pero suele subir cada temporada después del 1 de septiembre, cuando las nóminas de peloteros en activo se amplían de 25 a 40.