Rafael Devers habla con elCaribe sobre sus metas en las GL. Dice que no siente presión por jugar con los Medias Rojas
No le teme a lo que puede venir y se declara listo para afrontar cualquier reto. Rafael Devers, con apenas 20 años, está comenzando a cumplir cada uno de sus sueños desde que pisó las Grandes Ligas.
Todo comenzó a los cinco años cuando su padre, Rafael Devers, le entregó un guante y un bate. Ahora, tras alcanzar su sueño de debutar en Las Mayores, va tras otra meta mucho más importante.
“Quiero ser una superestrella en Grandes Ligas, no un pelotero que juegue varios años, quiero una carrera linda como la de Adrián Beltre, Manny Machado y David Ortiz”, dijo a elCaribe.
Desde su primera aparición en Grandes Ligas, Devers, estalló en la primera semana con tres cuadrangulares, y además todo parece indicar que era la pieza que faltaba para llenar el hueco de la tercera base, posición que le ha dado mucho dolor de cabeza a los Medias Rojas en los últimos años.
“Gracias a Dios por estar aquí y a mi familia por siempre estar apoyándome. Vine de Triple A para jugar la misma pelota, y fue un momento muy especial para mí “, indicó Devers, quien debutó en la Gran Carpa, el pasado 25 de julio contra los Marineros.
Justamente, en Seattle, cumplió una de sus ilusiones de compartir con Robinson Canó, a quien ha admirado desde niño. “Esperaba ese momento de tener la oportunidad de conversar con él (Robinson Canó), y al fin se me dio, y justo en mi debut. Es mi jugador favorito, por la forma en que juega y lo humilde que es”, dijo Devers, quien batea .339, con seis jonrones y 12 impulsadas en 16 partidos.
Así como una tarea menos en su recorrido por las Mayores, el nativo de Samaná saboreó su primera serie en la rivalidad entre Boston y Yankees y no perdió tiempo en dejar su marca.
“Me siento feliz por estar aquí, otro sueño de estar en este estadio por donde han pasado grandes leyendas, y jugar contra los Yankees, una rivalidad que lleva mucho tiempo”, dijo Devers, quien en la serie de tres partidos tuvo cinco imparables, entre ellos un doble y un cuadrangular, y tres empujadas. El jonrón solitario fue conectado a una bola rápida de 103 millas por hora del cerrador, Aroldis Chapman, que empató el partido de la noche del domingo 2-2, en la parte alta de la novena entrada.
“Fue un increíble swing a una velocidad de 100 millas”, dijo el dirigente de los Medias Rojas John Farrell, después del partido. “No teme al momento, se ha dejado sentir en esta rivalidad y no podría llegar en mejor momento”.
Sin miedo y con gran seguridad, el novato de 20 años, se enfrentó a uno de los lanzadores más dominantes del juego, y con dos strikes y una bola, conectó a un lanzamiento de 103 mph de Chapman para empatar el juego.
Devers se convirtió en el segundo zurdo en conectarle al cubano, que ha permitido sólo 20 bambinazos durante su carrera de ocho temporadas en Grandes Ligas. “Me sorprendió, en realidad el muchacho tiene buen swing y hace mucho tiempo que un zurdo no me conectaba un jonrón”, dijo Aroldis Chapman a los periodistas después del juego.
Rafael sigue poniendo números, sin dejar que el buen momento por el que están atravesando los Medias Rojas, lo presione. “No siento presión, vengo a entregar el cien por ciento de mí, nunca he bajado la guardia. Vengo a dar lo mejor de mí, y me ha salido bien hasta ahora”, enfatizó Devers, cuyo equipo está en la cima de la División Este de la Liga Americana, a cinco juegos y medio por encima de los Yankees de Nueva York.