Bill Buckner fue elegido al Juego de Estrellas. Se coronó alguna vez campeón de bateo. Jugaba con una energía que resultaba bienvenida en cualquier equipo.
Y sí, era fiable en el fildeo. Pero un solo error cambió la forma en que se le recuerda. Buckner, quien cometió una de las pifias más graves en la historia del béisbol, falleció ayer. Tenía 69 años.
Aquel error llegó en la Serie Mundial de 1986, cuando Buckner inexplicablemente no pudo controlar una roleta de Mookie Wilson a la inicial. La pelota terminó pasándole entre las piernas.
“Merecía algo mejor”, tuiteó Bobby Valentine, quien fue compañero de Buckner en los Dodgers. Buckner murió tras una larga batalla contra la demencia con cuerpos de Lewy, informó su familia en un comunicado. Este padecimiento causa síntomas semejantes a los del Alzheimer, junto con problemas motores y de otra índole.