El béisbol llegará hoy a la tierra del té. Cuando Rick Porcello de Boston realice el primer lanzamiento ante los Yanquis de Nueva York en el estadio Olímpico, el pasatiempo nacional de la que alguna vez fue una colonia tratará de sembrarse en la madre patria.
Luego de observar la cómoda distancia _117,35 metros (385 pies) al jardín central con un muro de 4,9 metros (16 pies)_ los bateadores de los Yanquis y los Medias Rojas esperan sumar marcadores similares a los del cricket. “Con suerte, sacaremos un par”, dijo el viernes el toletero Aaron Judge de los Yanquis sonriendo luego de una práctica de bateo en una tarde asoleada. “(La pelota) vuela bastante bien. Tiene buen desplazamiento”.
Ambos equipos llegaron el jueves en vuelos nocturnos tras jugar partidos durante el día. Judge, que mide dos (seis pies y siete pulgadas), anduvo por Londres casi sin ser reconocido.
“De hecho estuve caminando cerca del Londo Eye ayer y me encontré a un par de personas que portaban gorras de los Yanquis”, dijo Judge. “No tenían idea de quién era yo ni nada. Dije ´está bien. Soy Aaron, gusto en conocerlos´”.
Alrededor de 1,500 aficionados invitados asistieron a la práctica de bateo, y hubo señales de que el béisbol ha entrado al país del fútbol. Algunos aficionados de los Medias Rojas improvisaron un cántico de fútbol para honrar a un locutor de Boston, repitiendo: “¡Sólo hay un Jerry Remy!” con la canción de “Guantanamera”.
Si bien ambos equipos vestirán los jerseys blancos de locales, claramente están siendo tratados como visitantes que reciben un trato de la realeza: el Príncipe Harry, Duque de Sussex y sexto en la línea al trono, está programado para acompañar a los atletas de los Juegos Invictos al montículo para la ceremonia del primer lanzamiento. Incluso así abundan elementos de casa. Los vestuarios fueron construidos sobre la pista de calentamiento del Olímpico bajo las tribunas para emular los entornos espaciosos que disfrutan típicamente los ligamayoristas.