Juan Soto sacó su Bandera Dominicana por dos razones: para mostrar con orgullo sus raíces y para que sus compatriotas vean que los sueños son posibles.
“Quiero que en mi país la gente sepa que se puede”, dijo anoche el fenómeno de 21 años a elCaribe tras aterrizar en la ciudad de Washington junto a los Nacionales con el trofeo de campeones de la Serie Mundial que obtuvieron el miércoles en un séptimo y decisivo partido ante los Astros de Houston.
“Me siento orgulloso de ser dominicano, de donde vengo, por eso nunca dejo mi bandera. Me siento orgulloso de mi apellido, eso lo llevo en el corazón”, señaló. “También quiero que sepan que agradezco todas las oraciones que hicieron por mi, todos los mensajes que me enviaron, porque la buena vibra llega”.
Y fue tras esas palabras que describió la esencia de su mensaje.
“En nuestro país hay muchas personas que a veces tienen dudas y por eso se quedan a mitad de camino y no debe ser así. Yo nunca pensé que estaría celebrando en una Serie Mundial y gracias a Dios pasó. Yo tenía lejos firmar como pelotero, pero me puse una meta y trabajé fuerte y me agarré de Dios y de mi familia y se dio”, explicó por la vía telefónica el jardinero que recientemente cumplió 21 años de edad.
“Y después de firmar pusimos más metas en las manos de Dios y han llegado todas estas bendiciones. Lo importante es trabajar, no se ridan”, agregó.
Soto brilló en la pasada Serie Mundial con los Nacionales. Se convirtió en el pelotero más joven que dispara tres cuadrangulares en esta fase de la campaña. En la postemporada dio cinco jonrones, la mayor cantidad en la historia para un pelotero con 22 años o menos. Superó en este rengón a Miguel Cabrera. En el Clásico de Octubre tuvo promedio de .333 con siete remolcadas y seis anotadas para los hoy monarcas de Washington.
Nunca intimidarse
Soto calificó de batalla campal la pasada final contra Houston, donde estaban lanzadores de mucho nivel como Gerrit Cole y Justin Verlander.
“Había mucha presión y uno se enfrentó a tremendos lanzadores que siempre buscan la forma de intimidarte. Por eso yo traté de relajarme siempre y de no dejar que me metieran miedo. Siempre iba en busca de un picheo y gracias a Dios pude lograr eso en varios turnos”, expuso el talentoso patrullero izquierdo.
La unión del equipo en los momentos duros
Soto, que ayer disfrutó junto a la multitud que recibió a los campeones en la capital de los Estados Unidos, resaltó la unión de la escuadra de Washington en esas situaciones en que se vieron debajo en el marcador. “Uno escuchaba a los veteranos como (Howie) Kendrick motivar a que jugáramos pelota y otros también de los muchachos hablaban de no bajar la cabeza. Eso sirvió para uno ponerse las pilas y poder venir de atrás”, comentó Soto.