Manny Ramírez espera un día estar en el Salón de la Fama de Cooperstown, a pesar de sus problemas con los esteroides.
“Todos cometemos errores. Nadie es perfecto”, dijo ayer a los medios en el Fenway Park de Boston al ser abordado sobre sus posibilidades de entrar al Salón de la Fama con todo y las sanciones que tuvo por sustancias prohibidas.
“Creo que con el tiempo, y si es la voluntad de Dios, estaremos allá (en Cooperstown) si no, pues estaremos muy felices por haber tenido la oportunidad de jugar en el deporte que amamos”, añadió el dominicano, quien participó ayer en las festividades del día inaugural de los campeones Medias Rojas, el equipo para el que brilló y logró dos coronas (2004 y 2007).
Manny, quien disparó 555 cuadrangulares y remolcó 1,831 carreras con un promedio de .312 en una carrera de 19 años en las Mayores, fue suspendido en 2009 por 50 partidos y en 2011 por 100 debido al consumo de esteroides. Otros estelares vinculados a sustancias prohibidas no han podido ingresar a Cooperstown. Ramírez también dijo ayer a los medios que está dedicado a su familia. “Yo pensaba que enfrentarse a los Yanquis era duro, pero criar a los hijos es algo diferente”, dijo entre risas.