Los hijos de Pedro y Ramón Martínez, de David Ortiz y Manny Ramírez quieren hacer sus propios nombres en el béisbol
Si el linaje en el béisbol tuviese un aparato de medida, estaríamos frente al 100%, una de las muestras más puras que pudiesen existir.
Son los hijos de dos miembros del Salón de la Fama, de un otrora ganador de 20 juegos y de uno de los mejores bateadores que han pisado un terreno en los registros de las Grandes Ligas.
Cosas del destino, esos apellidos ejercen influencia hasta cierto punto y ellos están claros de esa situación. De hecho, Pedro Martínez Jr., José Ramón Martínez, Manny Ramírez Jr. y D’Angelo Ortiz son los primeros en recordar la primera regla impuesta por sus padres: nada regalado, todo ganado en base a esfuerzo y talento.
“Estamos conscientes de que tenemos que demostrar que somos más que los hijos de destacados jugadores”, dijo Pedro Jr., de 21 años, el más locuaz del cuarteto al conversar para elCaribe bajo un sol que en ese momento estaba intenso e indomable.
El jardinero indicó que entrenan en la mañana y luego juegan en la tarde en el Campanelli Stadium de la ciudad de Brockton, a unos 50 minutos al sur de Boston.
“A nosotros nos enseñaron cabeza para abajo y trabajar duro siempre, por eso yo quiero llegar y mantenerme”, dijo José Ramón, de 18 años, lanzador igual que Ramón Martínez, un estelar durante su carrera, especialmente con los Dodgers.
D’Angelo Ortiz, el vástago de David Ortiz, no lo piensa dos veces para hacer su proclama.
“Yo quiero ser un grandeliga y un pelotero mejor que mi papá”, manifestó el tercera base de 18 años de edad que batea a la derecha. La entrevista fue dos días antes de que su padre fuese exaltado a Cooperstown.
Ellos estarán en la Academia de los Brockton Rox hasta finales de mes y de ahí continuarán con sus estudios.
“Yo quiero hacer mi propio nombre, a pesar de que tengo el mismo nombre de mi papá, eso es un orgullo porque tengo un tremendo papá y fue un gran pelotero, pero a nosotros nos dijeron claro que no nos regalarán nada. Todo lo contrario, es quizás más difícil porque tenemos el nombre, hay que demostrar todo lo que uno tiene”, dijo Pedro Martínez Jr., el patrullero que batea a la derecha.
Manny Ramírez Jr., de 19 años, probablemente el de mayor parecido con su padre de los cuatro, no está en otra cosa que no sea batear. “Yo quiero hacer mi propio nombre”, dijo el también jardinero izquierdo.
“Quiero ir al a la universidad, poner los números mío y después ir al draft (sorteo)”, agregó en un tono muy pausado antes de dejar claro que lo suyo es batear y mandar la pelota lejos.
En el caso de Ortiz, por ahora está dando muchas líneas, muchos hits pero “dame tres meses y hablamos después”, señaló con firmeza.
Pedro Jr. estudia comunicación, a José le gusta psicología, a Manny Jr., gerencia deportiva con la mira en ser representante de atletas, y D’Angelo quiere una carrera parecida. Mientras tanto, se esfuerzan duro por muchas horas al día para lograr sus metas y honrar a sus padres con pura dedicación. Que sea por méritos y nada más.