NUEVA YORK — Grandes Ligas limitó el número de visitas al montículo en un esfuerzo por acelerar el ritmo de juego, aunque descartó restringir a 20 segundos el tiempo entre lanzamientos para 2018.
A fin de mitigar las preocupaciones de los jugadores sobre el robo de señales, Grandes Ligas instalará nuevas líneas telefónicas de los dugouts a las salas de revisión de video. La liga indicó que las líneas serán monitoreadas, y una persona al tanto de la decisión dijo a The Associated Press que todas las conversaciones que se lleven a cabo a través de esas líneas serán grabadas. La persona habló a condición de mantener el anonimato debido a que los detalles no han sido anunciados.
Grandes Ligas tiene la capacidad de hacer cambios a las reglas de juego sin un acuerdo con un aviso de un año de anticipación y había planteado las propuestas de las visitas monticulares limitadas y el reloj para pitchers antes de la temporada 2016-17.
“Estoy contento de que podamos llegar a un punto de acuerdo con el sindicato de jugadores”, dijo el comisionado Rob Manfred en un comunicado. “Mi mayor preferencia es seguir manteniendo el diálogo con los jugadores respecto a este tema a fin de encontrar soluciones mutuamente aceptables”.
El presidente del sindicato de peloteros, Tony Clark, señaló no obstante que ambas partes técnicamente no llegaron a un acuerdo.
“El enfocarse en las visitas al montículo y/o el nivel de compromiso en los otros asuntos, simplemente no prestó la atención suficiente en las áreas que los jugadores querían abordar _por lo que no se logró un acuerdo”, aseveró a la AP en un mensaje por correo electrónico.
“Si bien un número de lanzadores reconocerá que algunas de las visitas al montículo son innecesarias, un límite combinado aunado a lo que se vive últimamente respecto al robo de señales, mejorado por el uso de recursos tecnológicos, implica que hay preocupación sobre qué tanto funcionará esto… o si no funcionará”, añadió Clark.
Hasta ahora, la única restricción en la visita a la lomita era una segunda visita al mismo pitcher durante un inning de parte de un manager o entrenador, lo que resultaba en un cambio automático de lanzador. El número de visitas de los receptores durante los partidos ha aumentado en años recientes, lo que contribuyó a que el tiempo promedio de un juego de nueve entradas haya crecido a un record de tres horas y cinco minutos la campaña pasada, en comparación con las 2:46 horas de juego promediadas en 2005.