Un 14 de octubre de 2003 los Cubs estaban a punto de llegar a la final de las Grandes Ligas cuando estaban 3-0 arriba de los Marlins en el octavo inning.

Todo parecía indicar que el juego estaba sellado y que los Cubs pasarían a la gran final. Había dos outs y solo se necesitaba lograr uno más para que los Marlins tuvieran un último chance. Nadie lo veía venir, pero lo que ocurriría a continuación daría vida a una vieja leyenda que tenía más de 70 años: “La maldición de la cabra”.

Un batazo alto que parecía presa fácil para el jardinero derecho Moisés Alou se convirtió en una pesadilla. Fue interceptado por un fanático que prácticamente le arrebató la pelota del guante al jugador. Aquel fan se era Stever Bartman y sería apodado “el fan más odiado de Chicago”.

Aquel episodio marcaría el encuentro y básicamente faltaban cuatro outs para que los Marlins perdieran, pero el tablero se revirtió de manera radical.

Los marlins reviven

Y es que los Marlins revivieron y empezaron a hacer carreras hasta ganar el encuentro 3-8 sobre los Cubs. Pero no solo eso, también ganaron las eliminatorias 3-4 para descalificar a los que “casi ganaban” y llegar a las finales contra los Yankees de Nueva York.

Por si fuera poco, los Marlins finalmente también ganaron la serie mundial de ese año. Algo así como una especie de “echavaineo” para los que habían cantado victoria antes de alcanzarla.

se tuvo que mudar de la ciudad

Steve Bartman tuvo que ser sacado del estadio para que no lo agredieran. Incluso, posteriormente tuvo que mudarse debido a las innumerables amenazas de muerte que recibió en su misma ciudad. Los fanáticos estaban que no podían verlo porque no se hacían responsables de sus actos.

Todo eso sacó el fantasma que atormentaba a ese equipo durante años. Tal parecía que “la maldición de la cabra” era real.

La maldición de la cabra

El 6 de octubre de 1945, irónicamente el mismo mes del evento entre el fan y Alou, un fanatico llamado William Sianis declaró que los Cubs no volverían a ganar.

Según la leyenda, Sianis, quien era un inmigrante griego aficionado al equipo, compró dos boletos para el partido, uno para él y otro para su mascota, una cabra.

Aquel día, el dueño de los Cubs le exigió que abandonara el recinto Wrigley Field debido al mal olor de su mascota, por lo que el griego comenzó a lanzarle improperios y maldiciones.

“Malditos Cubs, no volverán a ganar”, fueron sus palabras que se hicieron profecía durante 71 largos años, hasta que finalmente ese maleficio fue roto en 2016 cuando lograron ganar una serie mundial.

Posted in Béisbol

Más de deportes

Más leídas de deportes

Las Más leídas