Sixers, Rockets, Raptors, Oladipo y Simmons, entre los asombros más notables esta temporada en la liga
Sorpresas y decepciones hay de sobra en la temporada regular de la NBA que concluyó el miércoles. La campaña de 2017-18 ha sido muy competitiva, con un buen comportamiento de los equipos de la Conferencia Este en contra de los del Oeste.
Las lesiones, que son parte del juego, también arroparon la liga y restó brillantez. Pero si de sorpresas colectivas se trata, hay que empezar por los jóvenes y sensacionales Sixers de Filadelfia, Rockets de Houston, además de los Raptors de Toronto. Filadelfia, que hace dos años tuvo marca de 10-72 –el peor registro 2015-16- se erigió como una escuadra con capacidad para llegar a la Serie Final, en una Conferencia en la que se encuentra Cleveland Cavaliers y Boston Celtics. Nadie jamás pensó que este joven equipo estaría siquiera en la postemporada. No después de perder 58 de 82 juegos la campaña pasada.
El coach Brett Brown es candidato entre los aspirantes a obtener el galardón al Dirigente del Año por conducir los destinos de un equipo que no lograba 50 triunfos desde la contienda de 2000-01. Los Sixers (52-30) tenían cinco temporadas sin hacer los playoffs tras concluir terceros en el Este.
Ellos finalizaron la contienda regular con 16 victorias seguidas, récord de la franquicia. De los Rockets se vaticinó que serían uno de los mejores equipos del competitivo Oeste, pero nunca que iban a concluir con el mejor registro de la NBA. Su fisonomía cambió de manera drástica cuando adquirieron en el verano pasado al armador Chris Paul, que hoy, al igual que su compañero James Harden, está entre los considerados para recibir el premio al Jugador Más Valioso.
Houston tuvo 65-17, la mejor marca en su historia, eclipsando las 58 victorias de la campaña 1993-94 cuando ganaron el primero de sus dos títulos seguidos. Otro conjunto que se superó fueron los Raptors, quienes con su dúo dinámico Kyle Lowry y DeMar DeRozan, controlaron el Este. Toronto (59-23) es un serio aspirante a avanzar a la última instancia. De manera individual resaltan los casos de Victor Oladipo, Lou Williams, Ricky Rubio y los novatos Ben Simmons y Donovan Mitchell. Oladipo solo hizo salir de Oklahoma City Thunder para dejar ver el perfil que se le creó cuando llegó a la liga estadounidense. Promedió cifras topes en puntos (23.1), rebotes (5.2), asistencias (4.3) y robos (2.4). En este último renglón lidera la NBA.
Oladipo es el favorito para ganar el premio de Jugador de Más Progreso.
Williams no deja de sorprender. Este efectivo escolta de los Clippers sale desde el banco para promediar 22.6 tantos por encuentro, la mayor suma en su carrera. Es aspirante a conseguir el trofeo del Sexto Hombre del Año, galardón que ya ha obtenido anteriormente. Rubio, de su lado, registró una enorme transformación desde que fue enviado a Utah Jazz. El armador español ha logrado ser más consistente en las anotaciones y es parte clave del éxito de los Jazz, que están la postemporada.
Entre las decepciones de esta campaña se encuentran Memphis Grizzlies, Ditroit Pistons y Charlotte Hornets, en términos colectivos, mientras que a nivel individual sobresalen los casos de Isaiah Thomas, Otto Porter Jr., Andrew Wiggins, entre otros. Simmons y Mitchell se comportaron muy por encima del nivel de un novato. Simmons (12) fue tercero en triple doble detrás de Russell Westbrook (25) y LeBron James (18).
Memphis clasificó séptimo en la salvaje Conferencia Oeste la estación pasada con registro de 43-39, pero durante la actual contienda su récord es el segundo peor del circuito (22-59). Le hizo daño la salida de Zach Randolph. Detroit lo tenía todo para estar entre los mejores ocho del Este, pero no bastó una movida de última hora cuando trajeron desde los Clippers a Blake Griffin. Antes de ese canje estaban mal, pero luego nunca pudieron recuperarse y finalizaron en la novena posición (38-43). Un equipo repleto de talento como Charlotte tampoco pudo hacer la postemporada. Ellos dejaron mucho que desear especialmente después de draftear a Malik Monk en el puesto 11 el año pasado y adquirir a Dwight Howard. Thomas vivió una pesadilla cuando fue cambiado de Boston Celtics a Cleveland Cavaliers mientras se recuperaba de su conocida lesión de cadera. No encajó en Cleveland, que lo transfirió a Lakers de Los Ángeles tras jugar apenas 17 encuentros. Concluyó la temporada lastimado con los Lakers.