El centro de origen dominicano ha quedado a deber ante Memphis
Van tres partidos de la serie de postemporada entre Memphis y Minnesota y Karl-Anthony Towns Cruz ha quedado a deber en dos de ellos. Es hora de que haga como los “súper héroes” y se ponga la capa.
Es tiempo de que resuelva. Sencillo. De lo contrario, Minnesota se despedirá en primera ronda y le llegarán cuestionamientos en cantidades industriales a su carrera.
Cuando se falla en el escenario grande, en los playoffs, esa especie de marca escarlata pesa un mundo y no se marcha de un día para otro.
En el primer partido entre ambos rivales del Oeste, el pasado viernes 16, el jugador de madre dominicana tuvo 29 puntos, lanzando de 18-11, con 13 rebotes y tres asistencias y sus Timberwolves se impusieron 130-117.
Después de ahí, como pasa con los personajes de los cartones animados, hemos visto a otro Towns, al mortal que no impacta en nada en la duela y su escuadra ha sucumbido en ambos encuentros.
En el segundo choque, el pasado martes 19, Towns registró 15 puntos en 28 minutos. El centro tomó siete disparos al aro. En comparación, D´Angelo Russell se fue de 11-3, Anthony Edwards de 16-7 y Patrick Beverly de 6-1.
En la derrota del jueves, fue peor para Towns: durante 33 minutos en su cancha en Minnesota apenas hizo cuatro intentos al aro, anotó ocho tantos y dio cinco faltas personales.
El equipo perdió una amplia ventaja de cifras dobles en varias ocasiones y Memphis se alzó con el triunfo.
Hay dos elementos inexplicables. Uno de ellos es cómo el dirigente Chris Finch no pide un tiempo mientras ante sus ojos se desvanecen unos 19 puntos de delantera y el otro es cuál es la justificación para que Beverly, un jugador no ofensivo cuyo principal atributo es sacar de sus casillas al rival, hizo 13 tiros, los mismos que Edwards, y Russell cerró con 21.
Eso no tiene base que lo sustente. La postemporada es para las estelares y Towns ya tiene varias visitas al Juego de Estrellas.
Sucede que las mayores críticas, y con sobrada razón, recaen sobre Towns, quien debe actuar como la cara de la franquicia, el hombre del equipo o su reputación será castigada sin piedad.