Los Guerreros salen a la postemporada con la meta de unirse a los pocos que han ganado tres coronas consecutivas
Golden State tiene la gran oportunidad de escribir una historia especial, de esas que solo han redactado los grandes conjuntos en los anales del llamado mejor baloncesto del mundo.
Pocos equipos han logrado un trío de diademas al hilo, el famoso “three-peat” en inglés. La compañía fue inaugurada por los Lakers de Minneapolis desde 1952 hasta 1954, luego se unieron los Celtics de Boston de 1959 a 1966, ganadores de ocho cetros en línea, una hazaña sin par en los registros de la liga, después llegaron los Bulls de su majestad Michael Jordan (1991-1993, 1996-1998) y finalmente los Lakers de Los Ángeles de 2000 a 2002.
Colectivamente, los Guerreros han sido lo mejor del último cuatrienio en la NBA. Solo un equipo, con la presencia del mejor jugador del planeta en la persona de LeBron James, ha sido el óbice que les impide hoy tener los tres cetros consecutivos en su poder.
Ganaron en 2015, precisamente ante los Cavaliers de Cleveland de James, que en la campaña siguiente cobraron venganza regresando de un 1-3, algo nunca antes visto en unas finales del circuito.
Golden State, bajo el mando de Steve Kerr, ha ganado las dos últimas finales en forma en fila con una facilidad pasmosa.
Apenas han perdido un partido en dichas etapas, aplastando a los Cavaliers en ambas ocasiones.
Campaña de obstáculos
El camino ha sido muy duro en esta temporada para los Guerreros. Su marca fue de 57-25, una derrota más y un triunfo menos que en la pasada contienda y nada parecido a las anteriores: en 2014-15 su registro fue de 67-15, el mismo de 2016-17 y en 2015-16, su foja fue de 73-9, estableciendo una marca de triunfos en serie regular al quebrar la de los Bulls de 1995-96 ( 72-10), solo que Chicago se alzó con el trofeo y Golden State no.
Houston, que los llevó a un séptimo partido en las finales de conferencia de la contienda anterior, les ganó los primeros tres enfrentamientos y está ansioso por verlos en esta postemporada.
Hay equipos que subieron de nivel como Milwaukee, dueño de la mejor marca de la liga con 60-22, y Toronto, cuya foja fue de 58-24. Pero estos equipos están en la Conferencia Este, lo que indica que solo verían a Golden State en la final, para lo que falta bastante.
Los primeros rivales de los campeones, los mejores en la implacable Conferencia Oeste, serán los Clippers de Los Ángeles, el octavo sembrado. Los Clippers tienen poca oportunidad ante ellos.
El arsenal de los Guerreros es demoledor. La presencia del centro DeMarcus Cousins les da un extra, aunque su banca no es tan profunda como en ocasiones anteriores.
Ser el campeón implica que el resto de los rivales te tenga en la mira. Por igual, cuando ya se ha ganado no siempre aparece el mismo nivel de motivación.
Ahí radica el reto de Kerr y sus estelares Kevin Durant, Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green, DeMarcus Cousins y el veterano Andre Iguodala, entre otros: impedir que Golden State sea el propio verdugo de Golden State en su reto de lograr un tercer cetro en línea y unirse a la realeza de la NBA.