El despido de Orlando Antigua como dirigente del equipo de baloncesto de la Universidad del Sur de Florida no sorprende a muchos. Antigua y su programa de baloncesto estuvieron en el ojo del huracán el verano pasado cuando se supo que la NCAA lo investiga por posible fraude académico.
De hecho, esa situación derivó en el despido o renuncia de su hermano Oliver, quien aparentemente guarda alguna relación con la investigación. Antigua cayó y era algo que se venía venir, especialmente cuando usted le suma dos temporadas y media perdedoras.
No tengo tan claro -como muchos de ustedes- el hecho de si Antigua conseguirá trabajo de inmediato, tomando en cuenta que este dominicano es sindicado como uno de los mejores reclutadores de la nación estadounidense.
Tal vez pueda que eso suceda, pero como un entrenador asistente, puesto que servía antes de ser coach titular en el Sur de Florida.
Lo que sí tengo claro es que Orlando debe ser ya un serio candidato para dirigir otra vez la selección dominicana de baloncesto. En 2014 dirigió en la Copa del Mundo de España, pero en 2015 comunicó a la gerencia del combinado tricolor que no iba a estar disponible para el Preolímpico por sus múltiples ocupaciones con la citada universidad.
Tomando en cuenta su situación, no veo una mejor manera de mostrarse al mundo de nuevo. Antigua no lo hizo mal con la representación quisqueyana. Fue quien llevó una vez más a un equipo dominicano a un Mundial (Copa del Mundo), así que sería bueno echarle una mano en estos momentos, aunque más que eso, lo veo como una situación de ganar y ganar. Gana él y gana la selección dominicana.
¡Veremos qué sucede!