La República Dominicana es probablemente uno de los países donde más se han tomado en serio los afanes globales por la transparencia en la función pública y en todo lo que concierna a los actos de gobierno, donde siempre están presentes las tentaciones. El problema es que con frecuencia esa lucha desborda el marco justo y se cae al carril por donde transitan la politiquería, la manipulación, la difamación y otras acciones en las cuales el ser humano de ordinario pierde la perspectiva.
Todas las actividades donde interactúan seres humanos son susceptibles de que se las permee y las cosas no resulten al ciento por ciento ajustadas a las normas. En eso creo que todos estamos de acuerdo.
En días pasados fui invitado por un amigo productor del campo a observar una de las subastas que se realizan en la Bolsa Agropecuaria de la Junta Agroempresarial Dominicana, las cuales han sido objeto de cuestionamientos por sectores interesados.
Acepté la invitación, no sin antes advertirle de mi escaso conocimiento sobre estos asuntos, los cuales se remiten sólo a saber que en una subasta gana quien haga la oferta más elevada.
Debo decir que no veo cómo se pueda manipular un proceso de esa naturaleza, a menos que se hagan componendas posteriores a las pujas entre adjudicatarios y otras personas tras bastidores.
Esta observación se la hice al amigo, quien me aclaró que eso no sucede de esa manera y que quien gana la subasta es quien finalmente hace la importación del producto subastado.
Mi interés en conocer los procedimientos seguidos para las subastas de los llamados contingentes del Acuerdo de Libre Comercio de Centroamérica, Estados Unidos y la República Dominicana (DR-CAFTA), se debió justamente a los cuestionamientos que incluso tienen un proceso judicial en curso que involucra al ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, y el dirigente político Leonardo Faña.
Según lo que pude observar allí—y no es el tema objeto de mi atención en este momento—no veo cómo se pueda documentar en un tribunal la virtualidad de un aprovechamiento non sancta de estas subastas.