Juanita, con apenas seis años de edad, atendida por su abuela, de 58 años, quien trabaja en la limpieza de un centro médico, de 8:00 am a 5:00 pm, tuvo que aprender a “cuidarse” sola. Visto desde lejos, es algo muy sencillo, pero las implicaciones y peligros a los que se ve expuesta esta niña son muchos. Como ésta, existen millares de familias de escasos recursos, especialmente de madres solteras o abandonadas por sus maridos, que se ven obligadas, para subsistir, a dejar sus niños al cuidado de familiares cercanos.
Una amiga, que dirige un programa de niños en su iglesia, me explicaba que, desde los 8 años de edad, una miembro de la congregación, tenía la responsabilidad de sus tres hermanos menores, motivo por el cual, hasta este año (ya tiene 16) no pudo asistir a la escuela, acabando ahora de ser alfabetizada mediante el plan de alfabetización del gobierno.
La vida de éstas, como la de tantos miles de niños, ha sido transformada por la tanda de horario extendido en las escuelas de nuestro país, ya que se terminó la pesadilla de tener que ser mal cuidados, en ausencia de sus progenitores.
Las implicaciones sociales que conlleva este plan, aparentemente, todavía no han sido asimiladas por la ciudadanía. Las mismas, tienen una magnitud e influencia tan amplia que, las transformaciones y cambios para la familia dominicana, que a partir del año pasado se han ido dando, son incalculables.
Hoy, estos niños, expuestos a todo tipo de situaciones que dañan y marcan para siempre sus vidas de manera negativa, tales como maltrato físico, violaciones sexuales, utilización para todo tipo de actividad ilícita, etc., se encuentran en las escuelas, en manos de personal entrenado para su cuidado, con alimentación adecuada, que incluye, desayuno, merienda y almuerzo, hasta las 5 de la tarde. Verdaderamente, si el poder es bien usado, desde el mismo se pueden concretizar grandes sueños de transformación para una sociedad, como éste de nuestro presidente, Danilo Medina, quien desde su campaña, de forma permanente ofreció transformar las vidas de niños y madres, protagonistas de este tipo de circunstancia. Aplausos a este programa, del cual, en la marcha, se irán corrigiendo y perfeccionando cosas que, como todo, son un proceso.