Un millón de veces ha sido dicha esta vieja frase: “La política es sucia…por eso no creo en los políticos”. ¿Qué respuesta debemos darle a quien la repita?Ante tan equivocada opinión, debemos acudir a uno de los hombres más sabios de la historia: El gran Aristóteles, oriundo de la antigua Grecia.
¿Qué refirió Aristóteles, discípulo de Platón (otro sabio griego)? : “El hombre es un animal político”.
Yo, desde este pequeño rincón del Caribe, le doy mi interpretación al pensamiento de Aristóteles. Y precisó que la moraleja es la siguiente: ¡Qué todos somos políticos!
A propósito, el diario El País de España, en una reseña, publicó lo que sigue (haciendo acopio del pensamiento de Aristóteles y su frase “El hombre es un animal político”, “pero, ¿qué quiere decir esta frase tan “manida” en estos tiempos? Se refiere sin duda a la actitud evidentemente hipócrita con la que las personas, especialmente las que desempeñan alguna función política, deben comportarse ante los ciudadanos, expresando tan sólo lo que sus oyentes quieren oír o al menos lo que no excite su oposición”.
En esta decisoria etapa de la política dominicana -yo diría, de la política-partidarista-, el ciudadano común tiene sus reservas respecto a quién creerle.
En cuáles dirigentes de la política vernácula creer, máxime después de todo este embrollo de corrupción y soborno que ha nacido tras desempolvarse los “enturbios” financieros-millonarios de la compañía brasileña Odebretch.
Respectos a los sindicados como corruptos -porque han sido señalados como beneficiarios con sobornos, auspiciados por el empresario Ángel Rondón Rijo-, hay que tener mucho cuidado.
Esto es, que especialmente los periodistas (y los jefes de los medios noticiosos), no deben emitir juicio de valor. Trabajar en base a un periodismo objetivo, de principios y ético.
La Procuraduría General de la República ya dio su veredicto: Solicitar 18 meses de prisión preventiva para los imputados… ¡y después que venga el juicio de fondo!
Mientras tanto, -es lo claro- la dirigencia política nacional ahora tiene que funcionar con “ojo avizor” y saber que está en juego su prestigio, después de tan ruidoso escándalo en el que están involucrados dirigentes políticos de la oposición al Gobierno y de la plantilla oficialista.
Pero también -y esto es los más delicado- son señalados miembros del Congreso que, según se afirma, fueron sobornados por la empresa Odebrecht.
¿Sobrevivirá el liderazgo político de República Dominicana?