La primera gran civilización que conocimos fue la de Sumeria, de la cual muy poco se había filtrado a nuestro sistema educativo, pero aprehendimos nada de lo que había sido tal civilización, porque cuanto dejaron escrito estaba contenido en tabletas de arcilla imprintadas con simbología todavía no descifrada denominada cuneiforme por la presunción de haberse producido con una herramienta en forma de cuña.
Esa civilización fue la primera receptora de migraciones masivas de culturas vecinas, inclusive en el sureste, de semitas originarios del mismo espacio geográfico desde donde provinieron las etnias creadoras de las religiones de los hebreos, la cristiandad y el islam, que entonces se asentaron en las comunidades agrícolas cercanas al delta de la Mesopotamia de los ríos Tigris y Eufrates que regaban prácticamente todo el territorio de la unión de ciudades Estados que los pacíficos semitas nombraron Sumeria, desplazados de sus hogares tal vez por dificultades de provisión de bienes en sus comunidades de origen.
Pero uno de los descendientes semitas miembro de una clase marginal inició una revolución que integró en un reino a todo el territorio mesopotámico y quien es el responsable de la semántica de identificación que hemos internalizado sobre Sumeria. Sargón I, hijo de inmigrantes que buscaban mejor vida no solo fue el primer rey de la Unión de Ciudades-Estados de la Mesopotamia. También fue el unificador de la unión, en un Estado que llamó Acad (o Acadia).
No me voy a meter a valorar desde un punto chauvinista si los sumerios fueron buenos o malos gobernantes. Basta con haber logrado avances importantes en agrotecnia, irrigación y control de malezas para valorar su aporte como positivo para la historia humana.
Como no sé si Abraham fue personaje físico o un invento lírico-literario, ni de la veracidad de las historias que sobre él cuenta la biblia, pues lo que conozco tildado como verdadero ni siquiera es plena verdad –que Abrams venía de Ur–.
Además de la conciencia de oportunidad de la sociedad vecina mediante la migración voluntaria, ha existido a través de historia una percepción por parte de los controladores sociales de resolver las carencias de recursos para impulsar el desarrollo tribal, municipal, provincial, nacional o internacional. Esos recursos faltantes casi siempre terminan consignados en algún tipo de ley nacional o de acuerdo o de acuerdos multinacionales.
El caso que desea eliminar mister trompón, deviene de que su país promovió, como consecuencia del avance educativo y social, nueva inmigración por petición de sectores económicos que tenían faltantes críticos de mano de obra. Y esa falta de inmigración hizo que las agencias de control inmigratorio solo ejecutaran los controles donde la ley lo definía como mandatorio. De manera que el que incumple el mandato de la ley ha sido el Poder Ejecutivo de EUA, y las Legislaturas que prefirieron ignorar las violaciones.