Hay días…

Señor director. La vida se compone de momentos, y desde que se separó la luz de la oscuridad, se compone de días y noches. Así lo ha identificado el hombre, y para el reino animal, vegetal y mineral, se compone de actividad y descanso.

Señor director. La vida se compone de momentos, y desde que se separó la luz de la oscuridad, se compone de días y noches. Así lo ha identificado el hombre, y para el reino animal, vegetal y mineral, se compone de actividad y descanso.La mayoría es activa con la luz solar y descansa en la oscuridad. La minoría, es activa en la oscuridad y descansa bajo la luz solar. No existen dos días iguales por más que se parezcan. Hay toda una amalgama de días: felices, alegres, importantes, dolorosos, tristes, rutinarios…, y días perezosos, en que el ánimo se niega a formar parte de él, y esto no necesariamente nos empuja a catalogarlo como un mal día. Para esos días podría haber solución, pero lo primero es identificar el problema y su procedencia:

* Pudiera ser el cuerpo el que necesite descanso, si es así la única forma de que el ánimo aparezca de nuevo es complaciéndolo, dándole ese merecido, necesario y gratificante descanso.

* Existe la posibilidad de que el cuerpo esté descansado y sigamos desanimados, probablemente la que necesita descanso es la mente, que no para de trabajar, creando ideas en el día y sueños en la noche.

Para este caso, existen muchas maneras de darle descanso a la mente: ir de paseo por la naturaleza, practicar ejercicios espirituales, hacer deportes o ejercicios en completa libertad de pensamientos…

*Otra opción es que estando el cuerpo y la mente descansados, el desánimo sea almico, si es el alma la que necesita descanso, hay que dárselo con urgencia, ya que ella es el enlace entre lo físico (cuerpo /mente), el vehículo material y tangible, y lo abstracto (espíritu y ser que nos habita), que es el potenciador de la consciencia y la inteligencia superior que somos, la energía de vida que surge y resurge, cambia y se transforma y a la vez transforma todo.

Para descansar el alma lo mejor es liberar esas cargas energéticas estancadas, hacer limpieza de esas emociones reprimidas que taponan la libre circulación de energías y el filtro que las mantiene limpias. Busque el momento en que cambió el sentido de su vida y apareció el paulatino desánimo o hastío que le siguió, ahí encontrará la causa. Obsérvela, analícela…, o solo expúlsela fuera, donde no le cause ningún daño a nadie y menos a usted; y el alma estará como nueva.

*Hay un tipo de desánimo que sobrepasa todo entendimiento y no hay forma de contrarrestar, se irá por sí solo. Se debe a una actualización, un cambio de chip en la conexión entre el espíritu, ser poderoso que genera las energías y la fuente o consciencia superior que suple esas energías. Permanecemos desconectados por un espacio breve de la fuente y si no supimos ahorrar energías nos quedamos literalmente sin baterías. Para este proceso lo mejor es esperar, al tratar de usar esa conexión y no estar habilitada, la retrasamos, se resetea de nuevo.

Hay días que no debiéramos usar, solo dejarlos pasar, para que no se conviertan en ¡Ay… días!

Idalia Harolina Payano Tolentino
Ciudadana

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