Impedir que nazca un niño, un bebé que quiere venir a este mundo a través del vientre de su madre, debe ser calificado como un crimen de lesa humanidad.Es un crimen. Aunque sectores que se califican como de “avanzada social”, se empecinan en que el aborto sea una práctica legal.
Esos mismos sectores, unidos al tan cacareado movimiento feminista, prácticamente obligaron al presidente Danilo Medina a intentar frenar la ley contra el aborto.
Es lamentable que los mismos legisladores que aprobaron la ley contra el aborto hoy, asumiendo una actitud que raya en la pusilanimidad, estén contestes en que se permita el aborto en nuestro país. ¡Qué canallada!
El mandatario, en respuesta a la presión, propuso al Congreso la despenalización del aborto “en caso de violación, incesto o malformaciones congénitas incompatibles con la vida”.
En su respuesta argumenta “que se trata de verdaderas tragedias que escapan a la voluntad de cualquier mujer”.
Pero permítanme plasmar aquí esta resolución de la Iglesia Católica, la cual creo que debe despertar la conciencia nacional: “La doctrina católica establece que el aborto es un pecado grave que merece la excomunión y un sacerdote solo podía absolver después de ser autorizado por un obispo o el mismo papa”.
Del mismo modo hay que precisar el criterio del papa Francisco, quien recientemente, en el Vaticano, expuso -y fue bastante claro- que “la práctica del aborto sigue siendo considerada un pecado grave, debido a que pone fin a una vida humana inocente”.
Subrayar, además, que es –como lo han proclamado los sectores más decentes de la sociedad dominicana- de pura y firme ética mantener la ley contra el aborto y así acogerse a lo que sin ninguna cortapisa establece el Código Penal, aprobado por el Congreso y que lo marca la Constitución de la República en su artículo 37 cuando plantea que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”.
Hay que concienciar a la población nacional y, al mismo tiempo, enviarles otro mensaje a los malvados que quieren que madres dominicanas sigan abortando.
Me adhiero a quienes aseguran que con la despenalización del aborto se pretende instaurar en el país “un genocidio al estilo Hitler”. Ese es un propósito avieso y criminal. Debemos proclamarlo hasta la saciedad: Auspiciar el aborto en República Dominicana es un crimen ¡de lesa humanidad!