Quedé altamente feliz la noche del pasado jueves. Disfruté el acto de presentación del libro Crónicas del Crimen, escrito por el veterano periodista Tony Pina y que tuvo como escenario la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
La obra, como lo aconseja el experimentado jurista Ramón Martínez Portorreal, debe ser leída “si es que deseamos conocer la realidad concerniente a los crímenes cometidos en el país”.
El texto, con un contenido de 28 capítulos y 39 crónicas de crímenes cometidos contra ciudadanos dominicanos -y por lo menos un extranjero- es una necesidad leerlo.
Martínez Portorreal, en el prólogo, hace un interesante enfoque sobre las 30 crónicas narradas por Pina.
Precisa: “Esta obra debe ser leída con preocupación. Porque estas 30 crónicas de numerosos crímenes registrados nos arrojan una estela de interrogantes que nos llevan a preguntarnos: ¿Y entonces?”
Agrega: “La veteranía del periodista Tony Pina, su trayectoria por las mesas de redacción de los principales diarios del país, lo convierten en un referente de la investigación criminal”.
También disfruté de la intervención del intelectual, poeta y economista Miguel Solano, quien tuvo a su cargo la presentación -e hizo unos objetivos y amenos comentarios- de la obra.
Lo más importante del libro -lo esencial- es que Tony Pina describe, sin ambages, sin nada de miedo y con un criterio profesional, certero, rebosante de principios y ética, los crímenes que ocurridos en República Dominicana.
Desde luego, no todos los crímenes registrados en este país están “asentados” en la maravillosa obra.
Pero sus reseñas nos llevan a tener una opinión acabada y creíble de que lo narrado permite que proclamemos, como lo expuso el autor en su discurso, que no todo está perdido en el trabajo periodístico.
Sí, porque todavía en este país quedan periodistas con dignidad, ética y principios.
En su obra, Tony Pina, periodista perpicaz, conocedor de los asuntos policiales y de la justicia, plantea que ésta es un aporte a la crónica como género periodístico.
Además, un estímulo para que los periodistas traten de profundizar los hechos y no quedarse en las informaciones que sirven las autoridades.
Explicación: Este artículo no tiene el propósito de contar lo que se plasma en el libro. Lo escribo con la finalidad de que la gente sensata y decente de esta sociedad lo adquiera y deguste de la prosa del autor.
¡Y de su suculento contenido!