Dicen que cuando alguien no sabe adónde va, no importa donde pare, ya llegó. Y es que muchos piensan que tenerlo todo es el premio gordo de la vida, otros que es tener a “alguien”, pero aquellos que reconocen que más que un norte y un camino, todos tenemos un destino, no hacemos de nuestro camino una estancia, ni de nuestra compañía una torre, y mucho menos de un vehículo una distracción. El destino supera la meta, que requiere de un plan, el cual es el calzado para un propósito. Dios apunta: Te enseñaré y te haré entender por el camino que debes andar… Dejándonos ver que su camino es tu obediencia y que la velocidad para llegar a tu destino dependerá del calzado con que aprietes tu propósito.
¡Aprieta tus tenis!
Dicen que cuando alguien no sabe adónde va, no importa donde pare, ya llegó. Y es que muchos piensan que tenerlo todo es el premio gordo de la vida, otros que es tener a alguien, pero aquellos que reconocen que más que un norte y un camino,…