La temporada de huracanes para este 2024 se perfila como una de las más activas de los últimos años, según alertan expertos en meteorología. Con un conjunto de condiciones inclinadas hacia la formación de huracanes mayores, como temperaturas oceánicas cálidas récord y la posible presencia de un evento La Niña, las comunidades costeras se enfrentan a un pronóstico preocupante.
Expertos advierten que esta temporada podría ser diferente debido a las condiciones que apuntan a una “tormenta perfecta”para la formación de huracanes mayores. Según indicaciones de National Geographic, los registros de temperaturas oceánicas cálidas récord están generando preocupación entre los meteorólogos.
Registros de temperaturas oceánicas cálidas y la posibilidad de un evento La Niña podrían desencadenar la formación de huracanes mayores.
La formación de huracanes se ve significativamente influenciada por la temperatura del agua y la presencia de viento cortante, explicó Alex DaSilva, pronosticador principal de huracanes de AccuWeather. Para que un ciclón tropical se desarrolle, se requiere que el agua superficial del mar alcance temperaturas de 26 grados Celsius (79 grados Fahrenheit) o más. Además, estos fenómenos meteorológicos necesitan que no haya presencia de viento cortante, ya que este puede impedir su intensificación al alterar la estructura vertical de las nubes.
A dos meses y medio del inicio oficial de la temporada de huracanes en el Atlántico, que comienza el 1 de junio y se extiende hasta noviembre, las temperaturas superficiales del mar en el Atlántico ya han alcanzado valores récord, según Matt Rosencrans del Centro de Predicción Climática de la NOAA. “Las temperaturas superficiales del mar en lo que llamamos la región principal de desarrollo del Atlántico… están 1,2 grados Celsius (2,2 F) por encima de lo normal”, explicó el especialista.
La influencia de La Niña es otro factor crucial en la actividad de huracanes. La Oscilación del Sur-El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés) alterna las temperaturas del agua en el Océano Pacífico tropical central y oriental cada tres a siete años.
Mientras que El Niño tiende a suprimir la formación de huracanes en el Atlántico debido al aumento del viento cortante, La Niña tiene un efecto opuesto, reduciendo este viento cortante y favoreciendo la creación de huracanes.
Esta eventual transición durante el pico de la temporada de huracanes, que abarca de junio a noviembre, podría derivar en un aumento significativo de la actividad ciclónica. “El momento exacto de esta transición es crucial y puede alterar significativamente el panorama de la temporada”, advierte DaSilva. A pesar de que los modelos de predicción a largo plazo no pueden precisar la formación de tormentas individuales, la combinación de aguas calientes y la influencia de La Niña sugiere un riesgo elevado de tormentas potentes en el Caribe y el Golfo de México.
Los modelos de predicción a largo plazo aún no pueden indicar cuándo o dónde surgirán tormentas individuales, pero la combinación actual de condiciones sugiere una mayor probabilidad de que tormentas significativas afecten las áreas propensas a huracanes, en especial alrededor del Caribe y el Golfo de México. Además señala la importancia de que las personas en estas áreas “tengan listos sus planes de huracán” dado el potencial de intensificación rápida de los sistemas tropicales.
La recomendación de los expertos es clara: las poblaciones en zonas de riesgo deben preparar sus planes de contingencia ante huracanes, considerando la posibilidad de intensificación rápida de los sistemas tropicales. La temporada anterior, marcada por un El Niño activo, contó con 20 tormentas nombradas y siete huracanes, a pesar de las condiciones aparentemente desfavorables que el viento cortante generó.
En promedio, una temporada de huracanes incluye 14 tormentas tropicales nombradas, de las cuales siete alcanzan la categoría de huracán. La temporada anterior, influenciada por un El Niño activo, registró 20 tormentas y siete huracanes, a pesar de las condiciones desfavorables creadas por el viento cortante. Este año, sin embargo, la combinación de aguas excepcionalmente cálidas en el Atlántico y el potencial cambio hacia La Niña podría resultar en una temporada aún más activa.