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Redacción Ciencia, 5 abr (EFE).- Los casos anuales de cáncer de próstata en todo el mundo se prevé que se dupliquen entre 2020 y 2040, mientras que las muertes aumentarían el 85 %, en especial en los países de menos recursos, según un informe que publica la revista The Lancet.

Los datos indican que los casos anuales de esta enfermedad pasarían de 1,4 millones en 2020 a 2,9 millones en 2040, y que las muertes anuales aumentarían desde 375.000 hasta casi 700.000, principalmente entre los hombres de los países de renta baja y media.

Sin embargo, es “probable que las cifras reales sean muy superiores” a las registradas debido al infradiagnóstico y a las oportunidades perdidas para la recopilación de datos en los países de renta baja y media, indica la comisión (grupo de expertos) de The Lancet sobre el cáncer de próstata.

Esta enfermedad representa un 15 % de todos los cánceres masculinos y la forma más común en más de la mitad de los países.

Los principales factores de riesgo son tener más de 50 años y antecedentes familiares. Así, el paulatino envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida darán lugar, en los próximos años, a más hombres mayores que sufran este cáncer.

“A medida que más y más hombres de todo el mundo lleguen a la mediana edad y la vejez, se producirá un aumento inevitable del número de casos de cáncer de próstata. Sabemos que este aumento de casos está al caer, por lo que debemos empezar a planificar y actuar ya”, advirtió Nick James, de la citada comisión e investigador en el Instituto del Cáncer de Londres.

Las muertes por cáncer de próstata han disminuido en la mayoría de los países de altos ingresos desde mediados de los años noventa.

Detección temprana

Los expertos destacan la necesidad mundial de contar con programas de detección temprana nuevos y mejorados, más allá de la prueba PSA, que mide con un análisis de sangre una proteína llamada antígeno prostático específico.

En muchos países de renta alta, los mayores de 50 pueden pedir esa prueba aunque no tengan síntomas y sean de bajo riesgo. Un enfoque que conduce a un exceso de pruebas en los hombres mayores de bajo riesgo, pero no aumenta la detección en los más jóvenes con mayor riesgo.

Los autores recomiendan utilizar la resonancia magnética en combinación con la prueba del PSA para examinar a los hombres con alto riesgo de cáncer de próstata en los países de ingresos altos, como los que tienen antecedentes familiares de la enfermedad, los de origen africano y los portadores de la mutación BRACA2.

En los países de menores ingresos son “vitales” nuevos enfoques que permitan un diagnóstico más precoz, ya que la mayoría de los hombres de estos países presentan cáncer metastásico cuando son diagnosticados.

Igualmente hay que concienciar a los hombres y sus familias sobre los peligros y los síntomas del cáncer de próstata metastásico, pues en muchos países de bajos y medios ingresos no se conocen bien, así cómo informar de las terapias disponibles. EFE

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