Al menos seis ministros y otros funcionarios han sido destituidos o han renunciado en dos años y medio que lleva de gobierno del presidente Luis Abinader, en su mayoría, a consecuencia de escándalos en el ejercicio de sus funciones.
El listado aumenta significativamente cuando se incluyen directores y funcionarios de primera línea que también «bajaron» del tren gubernamental.
La premisa anticorrupción del actual gobierno fue la piedra de tropiezo de muchos de sus integrantes, algunos por el simple rumor, a otros por la presión social los destituyeron u obligaron a renunciar.
El ministerio más reciente en cambiar de incumbente es el de Educación. Tras escándalos de supuestas nominillas, licitaciones y adjudicaciones irregulares, a Roberto Fulcar lo degradaron a ministro de Estado sin Cartera.
Del Ministerio de la Juventud salieron por irregularidades y sin cumplir un año de gestión, las ministras Kimberly Taveras y Luz del Alba Jiménez.
Al primer ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, también lo destituyeron. Mientras que el de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, tomó licencia en medio de las vinculaciones de su empresa con el caso de corrupción Medusa.
A los incumbentes del Ministerio de Cultura y de Medioambiente los sustituyeron, pero por otras razones, como la repentina muerte de Orlando Jorge Mera.
La lista la completan Luis Dicent, principal encargado en el fraude a la Lotería Nacional, Enrique García en Migración, Catalino Correa de la Contraloría. Además, Leonardo Faña del IAD, directoras de CONANI y Neney Cabrera de la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia (Propeep).
Algunos de estos ministros y funcionarios fueron reasignados a otros cargos de menor rango.