La institución tiene activos totales por 21,777.7 millones de pesos; Fernando Rosa responde en carta a Luis Abinader
Los amagos para quitarle al Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper) la posibilidad de manejar fondos vienen desde el año 2002, cuando se sometió al Congreso Nacional un proyecto de ley que buscaba dejar esa institución fuera de los beneficios que generaban para el Estado las empresas capitalizadas de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (Corde).
Para entonces, el gobierno de Hipólito Mejía buscaba terminar de cambiar el destino de las ganancias de la capitalización, para destinar todos los recursos generados al pago de deudas pendientes del sector público con el Banco de Reservas. Entre los beneficios que en ese momento administraba Fonper estaban los provenientes del arrendamiento de 10 ingenios azucareros del Consejo Estatal del Azúcar (CEA). Sin embargo, 18 años después la institución sigue presente en el Estado, tiempo en el que ha tenido problemas de toda índole, incluyendo el señalamiento por actos de corrupción y algunos “tira y jala” con organismos como la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), por un tema de control de negocios que generan dinero.
En 2006 la CDEEE propuso quitarle a Fonper la administración de las acciones de compañías energéticas privatizadas donde el Estado tenía participación, entre ellas Edeeste, EGE-Haina y EGE-Itabo. Y el representante del Fonper acabó yéndose hasta el presidente de entonces (Leonel Fernández) para pedirle que le quitara atribuciones al órgano del sector eléctrico.
Será luego del 16 agosto de 2020 cuando el próximo Presidente, Luis Abinader, tomará “la sartén por el mango”, concretando así la promesa de eliminar al Fonper y pasando los recursos que maneja éste al sector salud.
Al mes de junio, el Fonper tenía activos totales por 21,777 millones 749,592 pesos, según consta en un documento colgado en su página de Internet, titulado “Estado de situación”. Sus pasivos, según el mismo documento, suman 428 millones 457,519 pesos.
Abinader ha asegurado que en la institución hay corrupción, y la historia pasada parece darle parte de la razón. Por ejemplo, en 2012 una demanda incoada por el Fonper en contra de sus socios EGE-Haina y EGE-Itabo -a las que acusó de estafa- devino en un escándalo mayúsculo al conocerse que la reclamación fue realizada por un abogado que tenía un contrato “grado a grado” para esos fines, firmado por el entonces director de Fonper, José Izquierdo, sin el conocimiento del Consejo de Directores y por el cual ese abogado cobraría 500 millones de pesos. Así lo publicó el periódico El Nacional y mostró prueba de ello.
El actual director del Fonper, Fernando Rosa, llegó a solicitar a la Dirección de Contratación, suspender los dos contratos firmados, hasta tanto se culminara el proceso de investigación y se adoptase la decisión de anulación solicitada.
Según un balance de 2015, en 25 años se había presentado en el país -en general- unos 250 casos de corrupción, con escándalos nacionales e internacionales y apenas menos de cinco expedientes habían tenido condena en los tribunales. En esos casos de corrupción salió “bailando” el Fonper, precisamente por casos como los que llevaron a Adocco a querellarse en su contra en 2012, acusándola de corrupción pública y privada y de alegadamente disipar fondos en operaciones no autorizadas por RD$687 millones junto a exdirectivos de EGE-Haina, de acuerdo con un reportaje del periódico Hoy (23 de octubre del año 2015).
Sus credenciales
El Fonper es una institución creada por la Ley 124-01, promulgada el 24 de julio de 2001. Tiene como misión velar, custodiar y administrar las acciones del Estado en las empresas surgidas del proceso de reforma y transformación realizado a partir del año 1997. Su marco legal manda que invierta los beneficios o dividendos que obtiene de la participación accionaria del Estado en compañías públicas privatizadas. Aunque la prioridad de esas inversiones se enfoca en iniciativas de impacto económico y social en áreas de producción, educación, deportes e infraestructura, la distribución geográfica de los fondos se concentra más hacia unas zonas que hacia otras, especialmente en Santiago de los Caballeros.
Las empresas capitalizadas de las que el Fonper recibe dividendos del Estado son las generadoras de electricidad EGE-Haina y EGE-Itabo, las compañías La Tabacalera y Molinos del Ozama, así como las distribuidoras Edenorte, Edesur y EdeEste. En cada una la participación accionaria del Estado es de 49.9%. De esas empresas, generan ganancias EGE-Haina, EGE-Itabo y Molinos del Ozama. También La Tabacalera, pero el Gobierno decidió vender sus acciones en esa empresa de cigarrillos.
El resto del dinero que el Fonper no reinvierte, ni usa en gastos operativos, según establece la ley que lo creó, debe distribuirse en: un 20% para constituir un fondo de reservas de futuros aumentos de capital, otro 20% para los programas que desarrolla la Unidad de Electrificación Rural y Suburbana y el resto va a proyectos de inversión social en diferentes puntos del país, con base en las prioridades de la institución.
El reinado de Fernando Rosa acaba el 16 de agosto
En 2001, cuando se creó el Fonper, el primer presidente designado fue Rafael Montilla (de La Romana), quien duró hasta agosto de 2004. Con el cambio de mando gubernamental, Montilla fue sustituido por Félix Alcántara, de San Juan, quien sólo duró un año en el puesto, ya que en 2005 lo asumió Fernando Rosa, de Santiago, quien permaneció en la posición hasta marzo de 2011, cuando en su lugar la administración de Leonel Fernández colocó a otro ciudadano de Santiago, José Izquierdo, de Santiago, quien duró hasta agosto de 2012). Luego, Fernando Rosa volvió a ser designado, donde aún permanece. Ayer Rosa envió una carta al presidente electo Luis Abinader, en respuesta a lo externado por éste, de que los recursos que recibe Fonper son usados a discreción de su Consejo y presidente. Fernando Rosa dijo que en 19 años el Fonper recibió RD$25,253.1 millones, de los cuales RD$11,789.1 han sido a la Tesorería Nacional.