Además de concluir con que no se detectaron intentos de fraude ni de ataques externos durante las frustradas elecciones municipales del 16 de febrero, la Organización de Estado Americanos (OEA) señala en su informe de auditoría al voto automatizado una serie de fallas que revelan que los comicios estaban destinados al fracaso.
Esto, debido a que la Junta Central Electoral (JCE) montó las elecciones usando un sistema de voto que no había sido probado y diseñado con un software descontinuado.
Así se establece en el hallazgo 17 señalado en el informe de la OEA, en el que precisa que “La documentación técnica del software es escasa”, y que “Se pudo relevar que se retomó un desarrollo de software que había sido descontinuado y no contaba con requerimientos de software ni documentación formal. No existen casos de uso del voto automatizado. Si bien se inició el desarrollo de los mismos, las tareas fueron interrumpidas”.
Cita entre las fallas encontradas la “Falta de control de integridad en el software de personalización de las urnas”.
Falta de control
Al respecto, precisa que “El software diseñado para la personalización de la urna no incluyó el control de integridad de la oferta electoral que se descargaba en un archivo. Existen numerosos recursos de software para controlar la integridad que, en este caso en particular, consistía en validar que la oferta electoral alojada en el servidor se descargara adecuadamente a la urna. Era suficiente con seleccionar uno de los recursos disponibles y aplicarlo en el proceso de personalización. No contar con esta medida esencial de control fue lo que facilitó la materialización de la falla”.
Asimismo, cita que el proceso de personalización no mostró mensajes alertando de la falla. Esto, porque si bien el proceso contemplaba dos opciones de personalización (manual y automática), se configuró para ejecutarlo en forma automática, por lo que el usuario solo esperaba a que concluyera el procedimiento.
“Los funcionarios de la JCE que llevaron adelante la tarea no eran expertos, sino simples usuarios del sistema, y no recibieron alertas del software sobre fallas en la descarga de la oferta electoral”, sostiene el informe. Igualmente el informe señala que la mitigación o resolución de la falla no estaba planificada, por lo que resultó deficiente”.
Datos vitales
El informe cita como hallazgo grave el que se carece de datos vitales para las estadísticas y análisis. “Ante lo sucedido, era razonable recurrir a una serie de datos que permitieran preparar información estadística y practicar análisis detallados. Sin embargo, esto no fue posible debido a que no se cuenta con los siguientes datos: a) Red empleada para la personalización de cada urna de forma indubitable. Solo se cuenta con información parcial que permite señalar un porcentaje de urnas como personalizadas por una red determinada en los casos en que un técnico haya utilizado únicamente una red para personalizar; b) Cantidad de fallas por cada red utilizada (por lo descripto en el ítem a); c) Número exacto de colegios electorales que iniciaron votación (solo se conocen los que transmitieron boletín cero con boletas correctas); d) Colegios electorales que iniciaron la votación con la oferta incorrecta (solo se sabe los que transmitieron boletín cero con boletas incompletas)”.
JCE no previó situaciones críticas; falla en la custodia
Los auditores también determinaron que al momento del repliegue, no se estableció una cadena de custodia adecuada de los equipos, como recomiendan las buenas prácticas. Cita como ejemplo que escasas maletas iniciaron el repliegue con precintos, numerosos kits no contaban con la memoria flash de back up y algunos kits contenían varias memorias flash en su interior. También dice que el personal técnico de la JCE no previó situaciones críticas.