El historiador José Miguel Soto Jiménez es autor de “Las 58 leyes del poder de Juancito Trucupey”, una obra que todo político debería leer y analizar. El título pudiera dar la falsa impresión de que se trata de una adaptación o una “tropicalización” del tratado anglosajón de Robert Greene titulado “Las 48 leyes del poder”.

Pero las leyes de Trucupey son un auténtico retrato del ser político común dominicano. El autor ahonda en la sabiduría popular y la aplicación que el refrán tiene en la actividad política dominicana, como fuente de enseñanza en la búsqueda del poder, la esencia y propósito de toda actividad partidaria. Llama la atención la ley 18: “El que no se puede bajar se jondea”, que tipifica al clásico trepador, al oportunista o a aquél que sabe valerse de las circunstancias, observable en el cotidiano quehacer de las relaciones entre los partidos, pues según el autor “todo lo que sube tiene que bajar”, sean aves o reptiles, para atender sus necesidades: a excepción de Trucupey que lo hace a conveniencia, ocasionalmente.

La lección es interesante, pues quien no puede bajarse “por las buenas se baja por las malas” y quien se encarama y no puede bajar entonces se “jondea”. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, según el autor, en 1962 con el entonces presidente Joaquín Balaguer, que al no poderse bajar del palo, es decir del poder, se “jondeó”, para poder volver, como logró cuatro años más tarde, experiencia que para la salud de la República no debería repetirse jamás en nuestra historia y menos en el 2020.

En su aparente sencillez, esta obra, es de enorme importancia para entender los vericuetos y entretelones de la política vernácula y el proceder de sus líderes. Con su publicación, Soto Jiménez ha hecho otro aporte invaluable al estudio de la historia política. Por esa razón, su lectura es obligada para entender el curso de la política nacional.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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