La administración de Trump amplió el alcance del proceso conocido como “deportación acelerada”. Los Oficiales de migración podrán arrestar y deportar más rápidamente a los inmigrantes indocumentados en cualquier parte de Estados Unidos sin necesidad de comparecer ante un juez de inmigración bajo esta nueva política publicada por la administración Trump el 15 de julio de 2019.

Esta nueva política permite detener a inmigrantes en cualquier parte del territorio nacional para ser deportados de forma acelerada si tienen antecedentes penales y no demuestran que tienen más de dos años en el país. Hasta ahora el programa sólo se ejecutaba dentro de las 100 millas desde la frontera y si el inmigrante llevaba menos de 14 días en territorio estadounidense.

Aquellos que llegaron a Estados Unidos por mar, en lugar de llegar a las fronteras terrestres, pueden igualmente ser sujetos de una deportación acelerada. Esta política aplica a todas las personas que hayan residido poco periodo de tiempo en Estados Unidos, hasta los que hayan residido por dos años. A partir de julio 16, el oficial de migración puede deportar si la persona no cumple con los antes citado, independientemente de cómo haya entrado al país.

El proceso para expandir las deportaciones aceleradas llega a medida que los retrasos en las cortes de migración continúan creciendo. Se reportan 950 mil casos de migración en Estados Unidos que están actualmente pendiente en las cortes de migración con un tiempo de espera de más de dos años para tener una decisión sobre los mismos.

El presidente Trump y su gabinete ha tomado estas medidas debido a que ellos sienten que aún no logran controlar el flujo de migración desde la parte sur de Estados Unidos. Las reacciones de la expansión este tipo de deportaciones no se han hecho esperar. Muchos defensores de los derechos de los migrantes califican esta medida como violadora de las garantías judiciales y el debido proceso.

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