Esta ave urbana puede transmitir más de 40 enfermedades, ya sea por tener contacto directo con los excrementos o la inhalación de los mismos en forma de polvo microscópico

Es usual ver cómo en parques, adultos y niños alimentan a las palomas, una actividad que a simple vista parece inocua, sin embargo, el roce con sus plumas y la concentración de sus heces fecales pueden ocasionar serios problemas a la salud. De acuerdo al neumólogo Ramón Toribio, las palomas, a diferencia de otras aves urbanas, suelen hacer sus nidos en casas y edificios, lo que constituye un factor de riesgo de transmisión de más de 40 enfermedades.

Vulnerabilidad

La concentración de excretas y plumas de palomas en casas, edificios y lugares públicos supone un contagio. Del mismo modo, el neumólogo menciona que la susceptibilidad y la gravedad de las afecciones relacionadas con el contacto con palomas, dependerá de condiciones individuales de la persona, tales como la edad, estado de salud, estado inmunitario y de la rapidez con que se inicie un tratamiento.

“Si en tu vivienda o lugar de trabajo estás expuesto a estas condiciones puedes estar en riesgo, principalmente, si padeces enfermedades crónicas que debilitan tus defensas”, advierte Toribio.

Prevención

La mejor prevención es evitar el contacto con las palomas. Por ejemplo, eliminar los nidos próximos a ventanas y puertas, mantener una higiene adecuada, dado que la mayoría de las enfermedades son transmitidas por contaminación de materia fecal y acúmulo en las plumas. Además, se debe utilizar máscaras en el caso de criadores de aves, dice el especialista. “Al trabajar en áreas ‘sospechosas’, sugiero humedecer toda el espacio con una solución de formaldehido que ayuda a eliminar los hongos”.
Enfermedades que pueden transmitir

Entre los padecimientos que pueden contraer los humanos, el neumólogo menciona los siguientes:

  • La histoplasmosis (histoplasma capsulatum) ocurre por la inhalación de las esporas producidas por este hongo que crece en el suelo enriquecido por heces de aves o murciélagos. Esta enfermedad no es contagiosa. Aunque está asociada con las aves, no es una enfermedad zoonótica, porque el reservorio es el suelo y no las aves. La mayoría de los casos en humanos son asintomáticos. Esta puede ser manifestada de tres formas: enfermedad aguda respiratoria febril, cavidad pulmonar crónica con síntomas parecidos a la tuberculosis y la forma diseminada en pacientes susceptibles que puede ser mortal si no se trata.
  • La clamidiosis (Chlamydia psitacci), se transmite principalmente por la inhalación de polvo fecal contaminado. El microorganismo es excretado en heces y secreciones nasales del ave; sobrevive al secado de las heces, lo que facilita la diseminación oral y permite la transmisión por ropa y equipos contaminados. En humanos se manifiesta como una afección aguda respiratoria febril.
  • La criptococosis (Cryptococcus neoformans) se contrae por la inhalación de levaduras, aunque puede ocurrir por ingestión. Este mal no es una zoonosis, porque el reservorio del hongo es el suelo enriquecido de heces de aves. Se manifiesta en humanos como una meningitis o meningoencefalitis que usualmente es precedida por una enfermedad aguda respiratoria febril. El curso de esta enfermedad es usualmente crónico.
  • Pulmón del criador de aves o neumonitis por hipersensibilidad, es una de las enfermedades más importantes. Ocurre una inflamación pulmonar debido a una reacción de hipersensibilidad a las plumas o polvo fecal de la paloma u otras aves. Según la magnitud y tiempo de exposición, puede manifestarse de forma aguda, subaguda o crónica, pudiendo a mediano o largo plazo causar una fibrosis pulmonar.
  • Otras enfermedades, son la tuberculosis aviar, salmonelosis, colibacilosis, entre otras.

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