El rol y acompañamiento de los padres es vital para que esta etapa de transición sea lo menos traumática posible en los hijos
De acuerdo la psicóloga clínica Rosa Hernández, iniciar un nuevo año escolar despierta muchas emociones, ya que es el reencuentro de amigos, nuevos profesores, retomar rutinas y para algunos, el desafío de un cambio de centro escolar. Este cambio es un evento que puede causar en niños y adolescentes mucha ansiedad, debido a la incertidumbre sobre quienes estarán en su círculo social, si será aceptado, cómo será el sistema educativo, entre otros factores.
Para Hernández, la ansiedad es una emoción natural, adaptativa y que está presente en los seres humanos. “Muchas veces nos pone en estado de alerta ante una posible amenaza. Cuando los niveles de hipervigilancia son elevados, se experimentan reacciones emocionales intensas y cambios somáticos que desbordan la capacidad de afrontamiento de quien lo siente”, puntualiza la psicóloga clínica.
Ante esta situación, Hernández respondió a las siguientes cuestionantes:
¿Cuáles son los síntomas que nos indican que nuestros hijos están pasando por un estado ansioso frente a este cambio?
- En el nivel cognitivo y emocional, pueden presentar dificultad para tomar decisión, para organizar o planificar, estudiar, mantener la concentración y atención, inseguridad, tristeza, temor para enfrentar situaciones, tener pensamientos negativos sobre sí mismo, sobre los demás y el entorno.
- A nivel fisiológico, puede presentar tensión muscular, nerviosismo, sudoración, palpitaciones, molestias en el estómago, dificultades respiratorias, dolores de cabeza.
- A nivel conductual, puede tener insomnio, evitar ir al colegio, intranquilidad motora, quedarse paralizado.
Si has identificado varios de los síntomas de cada uno de los niveles, al parecer hay presencia de ansiedad.
¿Cómo ayudar a los hijos antes de iniciar las clases?
- Lo primero es mantener la calma, no pierda la paciencia, puesto que todo ese ‘carrusel’ de emociones es su interpretación del acontecimiento de cambio.
- Explíquele, cuantas veces sea necesario, el porqué se está cambiando de colegio, siempre enfocado en lo positivo.
- Realice un ritual de despedida del colegio anterior y con sus amigos que ya no verá todos los días, asimismo, enfatice que su amistad va a perdurar a pesar de no tener el contacto a diario.
- Escuche sus preocupaciones sin juzgar. Esto permitirá reconocer y validar sus sentimientos de manera que pueda desarrollar seguridad sobre lo incierto.
- Converse sobre todos los beneficios que tendrá este nuevo colegio. La oportunidad de conocer otras personas, compartir sobre su antigua escuela, nuevas formas de aprendizaje, todo lo que ofrece el nuevo plantel sobre actividades extracurriculares.
- Visite el colegio antes de la fecha de entrada e incluso imaginen cómo podría ser ese primer día de clases.
- Identifique y converse de otras situaciones similares donde hubo un cambio y de cómo superó el periodo de adaptación.
- Valide los talentos que tiene para afrontar este reto.
Una vez iniciadas las clases tenga un tiempo diariamente para conversar sobre sus emociones, lo nuevo que ha aprendido, cuáles han sido sus mayores retos y las soluciones realizadas, así se sentirá escuchado y acompañado. Trate de vincularse con los padres del curso para poder propiciar encuentros sociales fuera del colegio, de manera que la integración con los compañeros sea más rápida. Inscríbalo en las actividades extra escolares, de esta forma se incorpora a otros grupos. Visite a la tutora del curso en las primeras semanas para verificar y dar seguimiento al proceso de adaptación y así poder ayudar desde la casa.
Por último, si ha pasado un mes o dos meses y su hijo sigue con los síntomas descritos muy marcados, sin mejoría durante ese tiempo, trate de buscar ayuda con un profesional de la salud ya que esto podría llevar al niño/joven a mayores problemas emocionales y pudiera verse afectado su rendimiento académico.
