La población mundial de emigrantes de países de América Latina y el Caribe creció un 7% entre 2010 y 2017, según el Centro de Investigaciones Pew

En una modesta vivienda sucumbida en la precariedad, ubicada en la comunidad de Semana Santa, en la provincia de San Cristóbal, Michele Florvil y sus tres hijos subsisten como pueden.

Hace diez años, la crisis en Haití la hizo abandonar a sus demás familiares y también sus sueños de convertirse en profesional.
“No tenía otra cosa que hacer, era venir para acá o dejarme morir allá, como ocurrió con dos de mis hermanos”, lamentó. Su dura realidad, discrepa en parte con lo que aseguró el Banco Mundial el año pasado, de que la migración puede ser una herramienta potente en el combate para poner fin a la pobreza.

El organismo internacional confirma que la migración ha fomentado el crecimiento económico, sin embargo, advierte que es necesario que los países de destino implementen políticas que aborden las fuerzas del mercado laboral y gestionan las tensiones económicas a corto plazo.

Florvil es parte de las millones de personas que se ven obligadas a salir de su país para buscar mejores oportunidades y seguridad en otros destinos con mejores condiciones economías, pero que también tienen otros desafíos.

“La migración ha contribuido a mejorar la vida de las personas tanto en los países de origen como en los de destino. Sin embargo, no todos los movimientos migratorios se producen en circunstancias favorables”, admite la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en su Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2018.

En los últimos años, de acuerdo con la OIM, se ha observado un aumento de las migraciones y los desplazamientos “sin precedentes” provocados por conflictos, persecuciones, situaciones de degradación y cambio ambiental, y una acusada falta de oportunidades y seguridad humana.

Los flujos migratorios están muy concentrados por ubicación y ocupación. Actualmente, según un informe del Banco Mundial, los 10 países de destino principales reciben al 60 % de los alrededor de 250 millones de migrantes internacionales del mundo. Entre estos países está Estados Unidos, Alemania, Rusia, Arabia Saudita, Reino Unido, Canadá, entre otros.

Según el Centro de Investigaciones Pew, la población mundial de emigrantes de países de América Latina y el Caribe creció un 7% entre 2010 y 2017, a pesar de que en años anteriores era mayor. Mientras que otra regiones registraron un crecimiento más rápido en el mismo período, incluido Oriente Medio y África del Norte (aumento del 38%) y África subsahariana (32%).

En el caso de nuestra región, la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, advierte que “las oleadas migratorias en América Latina, jamás vistas antes, han sido provocadas por diferentes razones, como políticas y económicas. Cada una deja una huella importante”.

Señaló que “sin lugar a dudas, la crisis más grave que ha tenido nuestro hemisferio, y que compite claramente con lo que está pasando en Siria, es la de Venezuela, a la que sencillamente la comunidad internacional no logra medir las dimensiones”.
Consideró que de no prestarle atención a la situación del país suramericano,“va a comenzar a generar efectos complejos en los países hacia donde se están desplazando, debido a la falta de políticas integrales en esos destinos para darles la acogida que merecen”.

La directora del Instituto Nacional de Migración (INM), Florinda Rojas, cifró en unos 28 mil los inmigrantes venezolanos en República Dominicana. De acuerdo con datos oficiales de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ONU) y de la Organización Internacional para la Migración (OIM), a nivel global los venezolanos en otro país ascienden a 4,073,717.

Chinchilla valoró que “aunque los millones de personas que han emigrado de sus países salen con la esperanza de comenzar una nueva vida, muy pocas veces eso se logra plenamente”.

Expresó que una de las barreras para que los inmigrantes logren la prosperidad en sus nuevos destinos, es la irregularidad. “El tráfico de migrantes y la trata de personas, son algunas de las vulnerabilidades que tienen los inmigrantes en muchos países, sin embargo, otro aspecto de los que más les afecta es la ilegalidad, ya que esto les priva de acceder a servicios públicos de calidad. Y, sin eso, no se puede vivir plenamente”, acotó.

La política costarricense anotó además la situación migratoria en Nicaragua, sumida en una crisis política, social y económica, similar a la de Venezuela, que ha dejado 350 muertos, 760 presos políticos y 65,000 exiliados. “Las migraciones hacia otros países del Cono Sur y El Caribe son las opciones inmediatas que tienen nuestros hermanos nicaragüenses ante la dura situación de su país”, expresó.

Sobre el constante flujo migratorio de haitianos hacia República Dominicana, Flores consideró que “es uno de los desafíos más fuertes en términos de migración, a pesar de que se han hecho esfuerzos por la regularización de nuestros vecinos de Haití en nuestro país, la cantidad que siguen entrado se mantiene”.

“Huyen de la pobreza, de la miseria, del dolor”

La expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, expresó su preocupación por una de las movilizaciones más grandes en la región: la caravana migrante de centroamericanos. “Más de mil hondureños cansados de la crisis, que huyen de la pobreza, de la miseria, del dolor, nos revelan la crisis migratoria que enfrenta nuestra región. Los gobiernos deben enfrentar esa salida de personas, con mejores políticas, que garanticen prosperidad, y no los obligue a vivir en una permanente agonía”, dijo.

Las cifras

Género
El 52% de los migrantes internacionales son hombres, y el 48% son mujeres, según la ONU.

Edad
La mayoría de los migrantes internacionales (72%) se encuentran en edad de trabajar (20-64 años).

Destinos
Los 10 países de destino principales reciben al 60% de los alrededor de 250 millones de migrantes internacionales.

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