México. Tras las tensiones comerciales vividas con Estados Unidos en el último mes, México ha comenzado a dirigir la mirada hacia China, su segundo socio comercial, con quien aspira a fortalecer sus relaciones como contrapeso a su vecino del norte.
“Es obvio que ante un posible escenario adverso con tensiones comerciales con Estados Unidos, el Gobierno mexicano busca diversificar sus alternativas de mercado”, comentó este miércoles a Efe Khemvirg Puente, coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Por ello, el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, protagonizó esta semana una visita oficial en Pekín donde apostó por “aprovechar el enorme potencial que ofrece China en materia comercial y de inversión”.
Una visita que tuvo lugar pocos días después de la cumbre del G20 en Japón, donde Ebrard coincidió con el presidente estadounidense Donald Trump, quien agradeció el esfuerzo de México para frenar la migración, lo que ha evitado hasta ahora la imposición de aranceles a los productos mexicanos. Según Puente, esta visita a Pekín es una “jugada estratégica” del Gobierno mexicano que por una parte fortalece las relaciones con China y por otra envía un “mensaje” a Estados Unidos para que acelere la ratificación del tratado comercial T-MEC.
Hasta el momento, México es el único país que ha ratificado este acuerdo, cuya aprobación sigue pendiente en los congresos de Estados Unidos y de Canadá. Tradicionalmente, México ha tenido una “relación cordial” con China supeditada a su relación comercial, por lo que el Gobierno mexicano siempre ha evitado levantar la voz ante las “violaciones de derechos humanos” en territorio chino.