Seamos “guerrilleros” y “animales”

En mi juventud si te llamaban “guerrillero” significaba que tenías nobles ideales, que estabas dispuesto a sacrificarte y morir por la patria;

En mi juventud si te llamaban “guerrillero” significaba que tenías nobles ideales, que estabas dispuesto a sacrificarte y morir por la patria; pero también podía indicar que eras enredado, incapaz de adaptarte a un conglomerado, que era imposible compartir contigo por anarquista y egocentrista.

También en el reino animal hay “guerrilleros” organizados y revoltosos. Me encantan los primeros, aquellos que habitan en comunidad y se protegen entre sí, con una armonía envidiable y a veces inalcanzable para el homo sapiens.

Me fascina observarlos cuando se preparan para atrapar una presa de mayor tamaño. En grupo son invencibles. Existe una coordinación perfecta. Los actores asumen su papel, ni más ni menos.

Y hasta en la repartición del festín cada uno sabe el momento exacto en que le corresponde comer y la cantidad que requiere. Y cuando recorren los senderos, lo hacen de forma ordenada, cada cual en su lugar, respetando al otro, en especial al que tiene más experiencia y conoce mejor los peligros y el accionar de sus depredadores.

Por el contrario, hay ciertos bípedos que consideran que el mundo es exclusivamente para ellos. Todo gira en torno a sus figuras. No toman en cuenta a los demás. Juran que las ideas y la labor del otro son basura que ni para reciclaje es buena. Son tan egoístas que cuando son solidarios lo hacen porque piensan les conviene.

Estos individuos tratan de colocarse delante en la fila de cualquier manera, aunque pisoteen a embarazadas o ancianos. O ellos o nadie. Creen que el que encabeza el grupo es el primero que bebe agua limpia, cuando el que lo merece es el que tiene su corazón diáfano y su sed es saciada de inmediato cuando hace lo correcto.

Y no importa que sean destacados en un área, pues el talento que no se comparte o que no promueva la fraternidad hace más mal que bien. Es condición de los seres superiores reconocer que todo proyecto o meta se alcanza uniendo voluntades, asumiendo su responsabilidad y punto, siempre en equilibrio con el conjunto.

Si no logramos conformar un buen equipo de trabajo en nuestro entorno, compuesto por personas preocupadas por el bien común, el provenir de nuestras instituciones o negocios será desastroso. Saber trabajar en equipo es la clave del éxito.

Hace tiempo leí que lo que olvidamos de los animales es lo que empezamos a olvidar de nosotros mismos. Imitemos a esos animales que aun sin conciencia, cumplen su deber y su misión mejor que la mayoría de nosotros. Seamos de los “guerrilleros” que siempre están en la batalla protegiendo al prójimo y enfocados en bloque para triunfar.

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