El momentum en que se cayó la “reelección”

Aunque le está prohibido por la Constitución, y el presidente Danilo Medina nunca ha dicho que buscará reelegirse, en la opinión pública ..

Aunque le está prohibido por la Constitución, y el presidente Danilo Medina nunca ha dicho que buscará reelegirse, en la opinión pública soplan una burbuja mediática que hincha la posibilidad de que el mandatario altere la Carta Magna.

Tal insistencia se explica por el peso que tiene el continuismo en la herencia que nos deja la transmisión cultural de la caterva de dictadores y tiranos que nos han azarado los rumbos, y el afán de sanguijuelas que cuanta vez a un presidente se le desatan los demonios de la ambición desmedida, lo alaban para accionar como aves de rapiña que chupan la res pública.

Se esperaba que Medina siguiera la línea de trabajo que impulsan asesores de campaña de la escuela Joao Santana que, involucrados en los negocios de los candidatos ganadores, ven sus gestiones de gobierno como una campaña permanente, buscando continuar en el poder con los presidentes o los partidos por los años de los años.

No se contaba con que el “importantísimo” asesor que fue Joao Santana cayera preso por corrupción, y que la cuestionada forma en que se produjo la reforma constitucional de 2015 y la desigual competencia electoral para Danilo reelegirse en 2016, cerró gradualmente la posibilidad a otra repostulación presidencial.

El deterioro indetenible de servicios públicos esenciales, como seguridad ciudadana y otros que lesionan la calidad de vida de la gente, el enorme déficit institucional que padece el país, generador del desorden en que vivimos, y la encerrona que conduce a las finanzas públicas el endeudamiento desbordado para promover un crecimiento económico que no reporta bienestar social, son factores tangibles que explican la caída de la popularidad del Presidente.

Hoy sabemos que el panorama rosa que pintan los más de 11 millones de pesos gastados cada día en propaganda gubernamental y la burbuja mediática que insufla el favor del gobierno del PLD, no han reducido sino aumentado la determinación de cambio arraigada en la mayoría popular, acrecentada con el ambiente de canibalismo político en que han caído las dos facciones de la cúpula del PLD.

En esa marea de factores ¿en qué momento se “cayó” la posibilidad de que el danilismo pudiera hacer una reforma constitucional para intentar repostular a su jefe?

Eso fue cuando tras aprobar en el Senado en dos lecturas consecutivas una versión de la Ley de Partidos, que disponía primarias abiertas en todas las formaciones políticas, el danilismo se encontró con que no podría hacer lo mismo en la Cámara de Diputados, dada una decisiva mayoría del PRM, acompañada de leonelistas e independientes que constituyeron un muro infranqueable que le impedía reunir la mayoría calificada para pasar la ley como lo hizo en la Cámara Alta.

Frente a ese muro legislativo, respaldado por una amplia mayoría de partidos, de las iglesias y de la sociedad civil, incluso de algunos medios, el 16 de mayo del año pasado, el presidente Medina remitió una carta a los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, pidiéndoles consensuar el proyecto de Ley de Partidos.

Aunque muchos aún no se dan cuenta, en ese momentum se cayó la “reelección”.

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