Belkis estudió música clásica en el Conservatorio Nacional de Música, pero el “gusanillo” de la música popular fue más fuerte

Belkis María Concepción, quien tenía mucho tiempo sin tener contacto con el público dominicano, acaba de formar, hace poco más de un mes su grupo musical “Belkis Concepción y Orquesta”, en respuesta a sus seguidores, que les pedían que volviera a los escenarios. A partir de ahí, la merenguera no ha parado de tocar, de retribuir con su música, el cariño de su fanáticos, a través de sus años de carrera. “Estoy muy feliz por cómo me ha recibido el público, por el cariño que me brindan, de cómo lo expresan en los bailes. Ha sido una experiencia maravillosa”, expresó Concepción, quien, además trabaja en Barranquillas, donde también formó la orquesta de mujeres “Las Estrellas del Merengue”.

Manifestó que “esa droga” de cariño de su público le hace sentir una alegría que no puede describir, como la que sintió cuando fue reconocida con la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana 2019.
Señaló, que “aunque diga que no vivo de premios, es muy bueno cuando te reconocen, sobre todo en tu país, eso para mí es un compromiso, de no defraudar, sobre todo a mi familia, que nunca sientan que tengan que bajar la cabeza por mí”.

1. Infancia
Aunque nací en el Ensanche Luperón, me crié en el Ensanche Naco, donde tuve una niñez muy bonita, rodeada del amor de mis padres, María Hernández de Concepción y Julio César Concepción Pacheco. Somos cuatro hermanos de padre y madre, también tengo cuatro hermanos de padre, soy la más pequeña de todos. Nunca me gustó jugar con muñecas, me lo encontraba absurdo, veía a mis amiguitas hablarles, les decía que ellas no hablan. Recibí buena formación, sobre todo en valores, fui criada con mucha ñoñería, de parte de mi padre, quien me durmió en piernas hasta los doce años. Siempre fui muy inquieta, siempre tenía pensamientos adelantados a mi edad. Un día viendo televisión, estaba tocando Johnny Ventura, me extrañó no ver un grupo completo de mujeres, le pregunté a mi mamá por qué no habían orquestas femeninas, me dijo que eso era para hombres, que era un trabajo muy fuerte, de muchos sacrificios, le dije que iba a ser la primera mujer en formar una orquesta de mujeres, ella lo cogió a chercha, pero yo no, me hice un compromiso, esa idea se me forjó, me veía con la orquesta, conmigo al frente dirigiéndola, a todo el mundo le hablaba de eso, me tildaban como que estaba loca”.

2. Estudio de música
Mis padres me pusieron a estudiar música clásica en el Conservatorio Nacional de Música, ahí estaba prohibido tocar la música popular, nosotros siempre íbamos al Club Naco, donde tocaban muchas orquestas, siempre buscaba la manera de ponerme al lado del pianista para ver sus tumbaitos de música popular. Cuando llegábamos a la casa me ponía a practicar para más o menos perfilarme con lo que era esa música, tenía un piano de cola, pero era de música clásica, es que llevaba la música popular en la sangre, a pesar de que, agradezco a mis padres que me pusieron a estudiar música clásica, porque es la mejor formación que puede tener un artista, pero el gusanillo de la música popular era más fuerte. Una vez la profesora llegó tarde a la clase, me encontró tocando esa música y me expulsaron del conservatorio”.

3. En el colegio
En el colegio siempre estaba metida en todo, era la que declamaba, organizaba las veladas de mi curso, hasta el último año de colegio, mantenía el sueño de hacer una orquesta. Ahí aproveché una velada que iban a realizar, me preguntaron que qué íbamos a hacer, me paré de atrevida, le dije a la profesora que el acto de nosotras iba a ser un conjunto musical, las muchachas me miraron como quien dice aquí nadie toca, escogí a las mejores amiguitas, le asigné un instrumento, me decían que no sabían tocar, les busqué quien las enseñara, hasta un cuerpo de baile puse. Hicimos la velada, como no tenía cantante, me declaré en el piano con merengues tradicionales como Compadre Pedro Juan. Fue el mejor acto de la escuela”.

4. Primera orquesta
Cuando salí de la escuela, formé un grupo con las muchachas que participaron conmigo en la velada de la escuela, de atrevida, fui donde Freddy Beras Goico, sin conocerlo, me recibió muy bien, le dije que tenía un conjunto, lo escuchó, me preguntó el nombre, le dije que aún no lo tenía, entonces le puso Las Muchachas. Freddy me dio los viernes en su Programa 3×3, entonces surgió una amistad bellísima, ahí conocí a Cuquín Victoria y a Cecilia García, nos hicimos muy buenos amigos.

5. Opinión de su madre
Mi mamá me pasó el grupo Las Muchachas, porque creía que era un hobbie, pero se enteró de que estaba por formar una orquesta, me trancaron el juego, me dijo que no me iba a permitir que me metiera en ese mundo, tuve que hacer todo a escondidas, pero me atraparon, entonces me quitaron el semanal, el carro, me robaba el de mi hermana, me escapaba de la universidad, era la única hora que tenía para buscar las muchachas que me faltaban. Me habían hablado de la Academia Iris del Valle, en Los Minas, no sabía dónde quedaba, era una señora que se dedicaba a formar muchachas que estaban comenzando, me gustaron dos niñas para la trompeta, seguí buscando, encontré una trombonista, todavía no tenía saxofonista, en todo ese esfuerzo logré formar la orquesta.

6. Las Chicas del Can
Con la orquesta formada fui donde Pedrito Núñez para ver si me podía presentar o vender, se extrañó de ver una muchacha de Naco con una orquesta, le dije que no me opinara, que después de ver la orquesta podía decirme lo que pensaba, me preguntó que de dónde me había salido esa idea, le dije que quería demostrar que las mujeres también podían formar una orquesta. Le llevé un ensayo, quedó sorprendido, me dijo que me iba a contactar con Yaqui Núñez, cuando fui donde él, le mostré la orquesta, Yaqui fue que le puso el nombre Las Chicas del Can para presentarme en la televisión, me advirtió que así como me podían aceptar, también me podía rechazar, porque el país nunca había tenido un grupo de mujeres, que todavía la sociedad era muy machista, eran los años 80. Recuerdo que le dije que creía en mí y en mi orquesta, que íbamos a ser un éxito, y así mismo fue”.

7. Apoyo de sus padres
Cuando mi madre vio que era algo que estaba en mí, me apoyó, incluso, me enteré que duró mucho tiempo durmiendo en el piso, ella decía que era por la columna, pero era en penitencia para que se me quitara esa idea, ahí fue que me pegué, entonces me dijo que se iba a parar del piso. Después de eso, mamá me acompañaba a todas las presentaciones, dentro y fuera del país, eso le dio mucho respeto a la orquesta, rompí el mito de que las mujeres no podían tener una orquesta, tenía 18 años. Estaban conmigo, Isis Rivera, Ileana Reynoso, Maggy… Después vino el cambio, entró Miriam Cruz, Eunice Betances, Verónica y Teresa que era la güirera, que fue el segundo frente que fue el más formal de todos los anteriores. A partir de ahí vinieron las grabaciones y los mayores éxitos, el grupo despegó a nivel internacional, viajamos a Estados Unidos, Curazao, Aruba, entre otros países”.

8. Síndrome Guillain Barré
En 1985 contraje el Síndrome de Guillain Barré, fue una experiencia muy fuerte, dolorosa, esa enfermedad me paralizó el cuerpo por completo casi un año, no podía tocar. Ese síndrome todavía no se conocía en el país, me dio muy fuerte, además de que tenía otras complicaciones, como desgaste físico, en parte tuve mucha culpa, me creía un robot, no me acordaba de comer, entraba al estudio de grabaciones hasta el otro día, de ahí me iba a tocar, no dormía prácticamente. Estando en Puerto Rico empecé a sentir que me estaba debilitando, pero terminé el baile, le dije a mi hermana Marilyn, que era mi mánager, que me llevara donde el doctor William Jana, cuando me examinó, me dejó interna de urgencia, me dieron tres meses de reposo, pero no le hice caso y me fui a Miami a una presentación, cómo toqué, clínicamente no lo sé, Dios fue el que me sostuvo, en el último tema me desplomé. Me trajeron al país hecha casi un vegetal, me entraron por la parte de atrás del aeropuerto. A Todo eso el médico me dijo que estaba paralítica, le contesté que iba a volver a caminar, nunca lo acepté, creía mucho en Dios, tenía demasiada fe, siempre mantuve una sonrisa, gracias a Dios me paré. En ese momento, también atravesé la perdida involuntaria del nombre Las Chicas del Can, entonces Yaqui comenzó a presentarme como La Pionera Belkis Concepción”.

9. Radicada en Puerto Rico
Me fui de gira por varios meses por Europa y luego me fui a Puerto Rico, durante el proceso de divorcio con Carlos Batista, no quería que eso afectara a mi hija Belkis. En ese tiempo conocí al padre de mi hijo Julio Luis Morales, formé mi segundo hogar en Puerto Rico por 15 años, allí formé una orquesta con muchachas puertorriqueñas. Luego, en 2004, regresé al país, debido a la muerte de mi padre, fue un trago muy amargo, porque desde el aeropuerto tuve que irme directo a una funeraria, eso marcó mi vida. Mi mamá siempre estaba conmigo, pero después de la muerte de papá no quiso seguir viajando, me hacía mucha falta mi familia, el padre de mi hijo no podía venir conmigo al país por sus negocios. Un día sentada en el balcón de mi casa frente al mar tomé la decisión de volver al país, decía que no quería perder a mi madre, que me pasara con ella, como me pasó con mi papá, ganó más el amor a mi familia que el amor a mi compañero. Creo que fue la mejor decisión que tomé, porque después de un tiempo de llegar al país se le declaró un cáncer a mamá, pero pude estar con ella en ese proceso que duró como un año. Yo digo que Dios te pone las cosas, te habla”.

10. Nueva orquesta
Cuando llegué al país pensaba tomarme un descanso, Rafael Corporán se enteró que estaba en el país, me llamó, me dijo que quería hacerme un reconocimiento en su programa Sábado de Corporán, le dije que mi orquesta era de boricuas, que traerlas al país salía muy costoso, me dijo que no le importaba, que aquí yo era Belkis, que armara una. Tuve una semana para armar la orquesta, hice una rueda de prensa para decir que venía, en el programa me presentó con bombos y platillos, puso a Yaqui, a Johnny Ventura, al mismo Carlos y a otros periodistas a hablar de mí, a través de un monitor, eso fue emocionante, cada vez que miraba hacia la pantalla me derramaba en lágrimas, soy muy llorona, fue un momento muy emotivo. Al tener ese recibimiento, me contrataron para muchas actividades, entonces hice una orquesta Orquesta Belkis Concepción, pero ahí llegó lo más penoso que me ha pasado, que fue la muerte de mi madre. Eso me marcó, porque ella era mi ídolo, era mi crítico más fuerte, pero eso me sirvió, primero para tener los pies sobre la tierra, de no creerme más grande que nadie”.

Agrupación en Colombia

Colombia fue una de las plazas más importantes para mi carrera cuando empecé, tenía 18 años que no la visitaba, primero porque tenía muchos compromisos y luego por lo difícil de su situación por los narcos, cogí un poco de miedo, soy muy cuidadosa con eso. Tenía una amistad de más de 30 años con la periodista Zoraida Noriega, pero habíamos perdido el contacto. Un día gracias a Facebook vi una solicitud que me había enviado, nos dimos los números, ella estaba de cumpleaños, me invitó junto a mi hermana, fuimos a Bogotá, me dijo que iba a hacer un evento que se llamaría Pasión Caribe, me contrató como orquesta, creía que la gente se había olvidado de mí, cuando salí al escenario, que era inmenso, todo el público de pie me ovacionó, llevaron fotos de 20 años atrás para que se las autografiara, eso fue muy grande para mí. A partir de ahí, no salgo de Colombia, quise compensarles su amor, entonces formé una orquesta de muchachas barranquilleras, que tocan nuestro ritmo, le pusimos Las Estrellas del Merengue.

Gratitud
Aagradezco a mis padres que me pusieron a estudiar música clásica, porque es la mejor formación que un artista puede tener, pero el gusanillo de la música popular era mucho más fuerte.

Inquietud
Cuando tenía nueve años, le pregunté a mi mamá, por qué no habían orquestas femeninas, me dijo que eso era para hombres, le contesté que iba a ser la primera mujer que formaría una.

Agradecimiento
Freddy Beras Goico me recibió muy bien, me preguntó el nombre del grupo, le dije que aún no lo tenía, entonces le poso Las Muchachas”.

Advertencia
Le presenté la orquesta a Yaqui Núñez, me advirtió que me podían aceptar, o tal vez me podían rechazar, el fue que le puso Las Chicas del Can”.

Desición
Sentada en el balcón de mi casa en Puerto Rico, decidí volver al país, no quería perder a mi madre y no estar con ella como me pasó con mi papá”.

Recibimiento
Hace más de un mes a armé la Orquesta Belkis Concepción, no he parado, el público me ha recibido con mucho cariño”.

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